“Amenazas”, “coacciones” y “acoso” no solo a los miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado del Campo de Gibraltar, sino también a sus familias. La muerte de dos guardias civiles embestidos por una narcolancha en Barbate ha devuelto al primer plano el clima de terror en el que viven los agentes en esta zona del sur de España.
Según ha podido saber Confidencial Digital por las cifras que manejan agentes que han trabajado en la zona hasta hace unos meses, más de 200 guardias civiles abandonaron Cádiz en el último año por amenazas a sus familias.
El acoso a las fuerzas de seguridad ha provocado también que un centenar de policías hayan pedido el traslado, lo que representa cerca del 35% de la plantilla policial.
La insuficiencia de medios y el acoso de los clanes a las familias de los agentes hacen que las plantillas no se consoliden. La mayoría de los agentes están de paso hacia otros destinos. Denuncian la “violencia, amenazas y coacciones que sufren a diario los agentes de la autoridad allí destinados por parte de las mafias”.