RTVE vive unas semanas de alta intensidad política y organizativa. El cambio de consejeros que tendrá lugar en marzo ha provocado desgaste dentro de la cúpula y en los directivos de la casa. El proceso de negociación ha derivado en que varios proyectos audiovisuales estén sufriendo retrasos. A todo esto hay que sumar la situación de la presidenta Elena Sánchez, incómoda en su puesto y advertida por Moncloa de que sus días pueden estar contados.
En diciembre del año pasado, Confidencial Digital desveló que el super-ministro Félix Bolaños iba a negociar con el Partido Popular el relevo de los consejeros de RTVE que cesan en marzo. En total, hay que sustituir un total de seis plazas, tres correspondientes al PP, dos al PSOE y uno al PNV.
Según fuentes internas de RTVE, PSOE y PP estarían acercando posturas para cerrar un acuerdo. La fórmula contempla abordar una negociación conjunta que incluya también el relevo de los máximos responsables de otras entidades importantes, como la CNMV y la Comisión de la Energía.
Las fuentes recuerdan que la anterior renovación de RTVE, donde se pactó el nombramiento de José Manuel Pérez Tornero como presidente, se produjo en una negociación que englobó el nombramiento del Defensor del Pueblo y del CGPJ, renovación esta última que no salió adelante finalmente.
Este acuerdo global se podría anunciar una vez que pasen las elecciones gallegas, ya que habría riesgo de que el consejo quedara también “en funciones”.
Mientras tanto, fuentes de alto nivel de RTVE señalan que, hace aproximadamente un mes, hubo una reunión en Moncloa a la que asistió Elena Sánchez con varios miembros del Gobierno, entre los que se encontraba el ministro Félix Bolaños.
En esta reunión, la dirigente pidió expresamente al Ejecutivo que le ayudara a nombrar a su propio equipo directivo dentro de la cadena, ya que habían pasado más de 16 meses de la dimisión del anterior presidente y ella seguía sin contar con directivos de su confianza. En caso de que no se cumpliera esta petición, Sánchez transmitió que se planteaba dimitir y dejar la presidencia de la Corporación.
Según fuentes conocedoras de ese encuentro, los representantes del Gobierno le comunicaron que debía aguantar en el cargo un poco más. Pero le advirtieron: en caso de que presentara su renuncia, se buscaría una sustituta dentro del Consejo para una presidencia interina.
Esta presidencia interina quedaría a la espera de cerrar el acuerdo con el Partido Popular para la renovación de todas las vacantes pendientes. Hay que recordar que si Elena Sánchez abandona el Consejo, para nombrar una nueva presidenta afín al Partido Socialista se tendría que elegir a alguien que ya esté dentro del Consejo de Administración de RTVE y contar con el voto de cinco de los ocho miembros que quedarían dentro.
ECD ha consultado a fuentes cercanas a Moncloa sobre la posibilidad de esta dimisión de Elena Sánchez. A su modo de ver, se trata de un movimiento altamente improbable. Elena Sánchez “no quiere irse” de cadena, aseguran, y les cuesta ver que acabe consumando esta amenaza.
Además, defienden que los cambios que ella pide para poder ejercer como presidenta “no es un problema con el Gobierno sino con el Consejo”, precisamente quién le niega una mayoría para esas designaciones.
Otra ‘patata caliente’ que hay en RTVE es la situación de enfrentamiento que existe en Radio Nacional de España, explican desde la Corporación.
“No hay consenso” dentro de la emisora sobre el camino que se debe seguir tras la salida del director de programas Alfredo Menéndez. Por un lado, están los que sostienen que se debe apostar por la plataforma de RTVE Audio, proyecto adelantado por Confidencial Digital en julio del año pasado. Enfrente se sitúan los que aseguran que la casa no se puede permitir perder la marca “Radio Nacional”, con tantos años de tradición, implantación y solera.
Este vacío en la dirección de la emisora, unido al periodo de interinidad que se percibe en la presidencia, provoca que directivos de la cadena aseguran que “no es raro” que la gente “que trabaja con ella” esté filtrando que “Elena Sánchez quiere dimitir”.
Fuentes presentes en la última reunión del Consejo de Administración de RTVE aseguran que Elena Sánchez volvió a denunciar su situación: como presidenta interina del Consejo no puede “asumir las competencias completas de la presidencia de la Corporación”. Por lo tanto, no está pudiendo “atender las emergencias de la gobernabilidad de la casa”.
Además, dejó claro que ve “ilógica” la negativa de la mayoría del Consejo a que ella pueda formar “un nuevo equipo directivo que responda a los nuevos retos”. Fue inútil. A pesar de su intervención, la mayoría del órgano se manifestó en contra de que pueda elegir a personas de su confianza para varios puestos de RTVE. Dado que la petición que realizó no ha surtido efecto, la presidenta habría comunicado a Moncloa que va a dimitir en el próximo Consejo del 22 de febrero.
Al poco de recibir estas informaciones, de las que Confidencial Digital tenía constancia desde la semana pasada, comenzaron a difundirse rumores de que Elena Sánchez habría pedido la presidencia del Instituto Cervantes a cambio de ser relevada al frente de la Corporación.
Fuentes de RTVE aseguran que estos comentarios han sentado muy mal a la presidenta ya que ella nunca ha realizado esta petición. Elena Sánchez entiende que se trata de un bulo filtrado desde La Moncloa y forma parte de una campaña del Gobierno para desprestigiarla.
De ahí que en estos momentos esté reconsiderando seriamente la opción de dimitir y complicar la renovación del consejo que pretende el Gobierno. Si ella no se va, la tienen que cesar y el PSOE deberá llegar a un acuerdo con el PP para nombrar un presidente interino hasta cerrar el acuerdo definitivo de marzo.
