Durante las conversaciones que se produjeron en Potsdam pocos meses antes del final de la Segunda Guerra Mundial , cuando Alemania y el fascismo ya parecían derrotados, el primer ministro británico, Winston Churchill, hizo un comentario sobre España que a Harry Truman y a Stalin les sorprendió: «El Gobierno inglés está también fuertemente disgustado con Franco y su Gobierno [...]. El hecho de que hayan sacado a los prisioneros que llevan años en prisión y les hayan disparado por lo que había ocurrido mucho tiempo antes indica que España no es una democracia de acuerdo a las ideas británicas. Cuando Franco me envió una carta proponiéndome hacer una alianza de Occidente contra Rusia, le envié una respuesta fría. Eso demuestra...
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