SAN LUIS POTOSÍ, México.- Para este año, el régimen cubano planteó como meta superar los tres millones de turistas, cuando el pasado año apenas rebasaron los 2.4. Entre sus estrategias fundamentales para lograrlo se halla la mejora de la atención a los clientes, pues su opinión, según el gobierno, contribuiría a revertir las “campañas difamatorias” contra Cuba.
Más allá de las teorías de conspiración con que los funcionarios del régimen insisten en justificar la crisis del turismo, ese sector dista mucho de los niveles que ostentaba previo a la pandemia de coronavirus.
Aunque en 2023 se recibieron 800.000 turistas más que el año anterior, las cifras se mantienen lejos de esos años 2018 y 2019.
Según admitieron los funcionarios del sector en el espacio televisivo de la Mesa Redonda, algunos problemas siguen afectando la afluencia de viajeros a la Isla.
En referencia a los “obstáculos” que, con tono triunfalista, aseguran que deben vencer, el ministro de Turismo, Juan Carlos García Granda, mencionó que hay que mejorar la calidad de la atención a los clientes, “para que sus opiniones sean la principal arma para revertir las campañas difamatorias contra Cuba”.
Según destacó, las principales afectaciones se deben a la baja disponibilidad de recursos financieros, que afecta la promoción del destino y la visibilidad del producto turístico. Otros inconvenientes, como las limitaciones en las aerolíneas cubanas, impiden realizar más excursiones y circuitos turísticos. A ello se suma el precio del combustible, que es alto, dijo.
A pesar de reconocer que el 2023 no fue el mejor año para el turismo.
Aunque se han establecido conexiones aéreas con 32 países a través de 50 líneas aéreas, con 579 frecuencias semanales, no se alcanza aún la cifra de 2019, cuando ascendían a 764.
A pesar de que se sigue incumpliendo en un 30% las estimaciones respecto a la cantidad de turistas a recibir, el régimen sigue apostando por la construcción de hoteles de lujo.
Muchas de las instalaciones turísticas, en la actualidad, mantienen una baja ocupación hotelera. A pesar de ello, la planeación de nuevas estructuras donde albergan turistas que no llegan, no cesa.
Las alternativas para la estimulación del turismo ya abarcan, además de la propuesta de sol y playa, la vida nocturna, aspectos históricos, culturales, naturaleza, aventuras, náutica y eventos, mientras la población sigue sumergida en la crisis.
Si bien las estadísticas muestran un crecimiento del 50% con respecto a 2022, el destino Cuba sigue sin ser referencia en la región del Caribe.
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