Osasuna fue el primer rival en visitar el Estadi Lluís Companys después del anuncio del adiós de Xavi Hernández como técnico del Barça a final de temporada. Pero el feudo olímpico volvió a ser una casa fría hasta que, bien entrado el segundo tiempo, llego el primer zarpazo de Vitor Roque, que despertó a su equipo y a su gente y acabó valiendo tres puntos.
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