En pocos días, los grifos de varios municipios del área de Barcelona verán reducida su presión, una de las medidas de urgencia implantadas en Cataluña con motivo de la sequía que sufre el territorio, la más severa desde que se tienen registros. La reducción del caudal es solo una de las medidas que se han implantado, algo que irá a más cuando se decrete la fase de emergencia, cuando los pantanos de sus cuencas internas –ríos que nacen y desembocan en la comunidad autónoma– queden por debajo del 16% de su capacidad. Cuestión de un par de semanas si no se produce un inusual episodio de lluvias que los meteorólogos no prevén. La situación es grave, con consecuencias ya visibles...
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