El despacho del doctor Pedro de la Oliva es un fortín. Una fortaleza inexpugnable, donde el jefe de servicio de la UCI Pediátrica del Hospital la Paz se recluye y trabaja alejado del resto de profesionales del edificio, y de las pocas enfermeras del equipo que aún no han solicitado la baja. Ahora es el único sanitario activo en una UCI infantil que, pese a ser una referencia nacional, ha tenido que cerrarse por un conflicto laboral difícil de cerrar. Sin niños que cuidar, De la Oliva permanece encerrado en su despacho. «Parece que está en prisión preventiva», comenta una de las enfermeras de la unidad, que pide el anonimato a cambio de su versión. El jefe de la UCI fue apartado en dos ocasiones del servicio por las acusaciones de acoso laboral planteadas por varios profesionales. Un juez ordenó su readmisión y el resto de profesionales renunciaron o se dieron de baja. Cuenta una de las enfermeras que trabajaba con él que desde la segunda readmisión —el pasado 14 de enero— no le ha vuelto «a ver el pelo» y que mucho menos se ha paseado por la planta 2 del ala de Materno-Infantil, donde se encuentra la UCI que en 2022 costó cinco millones de euros. Otros miembros de su equipo invitan a ABC a pasear por las instalaciones. La decoración de las paredes, infantil y alegre, choca con el silencio sepulcral que reina en el ambiente. Algo falla. «Han desaparecido todas las risas que antes reinaban por aquí, las compañeras que quedamos estamos de luto», aseguran otras sanitarias. La Paz ha tenido que trasladar a varios de los niños ingresados a otras áreas, como Neonatología, debido a la falta de profesionales. «Hemos pasado de disponer de 20 camas a nueve, perdiendo por el camino toda la tecnología y herramientas que teníamos en nuestra planta», detalla, que no descarta que alguno de los pequeños pueda ser enviado a otro centro, donde sí puedan tratarlo con los medios correspondientes. Noticia Relacionada estandar No La UCI pediátrica de La Paz se queda sin médicos en protesta por el regreso del jefe de la unidad, y los 6 niños ingresados han sido trasladados Sara Medialdea Serán atendidos en otras zonas del centro sanitario, y «tienen garantizada la asistencia», asegura Sanidad Ellas —unas cinco enfermeras— aguantan la situación por los niños, si no ya hubieran seguido el camino del resto de compañeros, alrededor de 150 profesionales relacionados de algún modo con la UCI, que ya no continuarán en La Paz. «Algunos son muy jóvenes, con muy poco bagaje, y han truncado su actividad y carrera profesional», lamenta. En conjunto, todos afirman que De la Oliva «les agredió» verbalmente en reiteradas ocasiones, mediante insultos, comentarios machistas en contra de la maternidad o amenazas judiciales, entre otros. «A raíz de sus acciones algunos han renunciado, otros están de baja por depresión o incluso desconocemos dónde están». Su mayor temor, sin embargo, es qué será del futuro de los jóvenes, temiendo que muchos de los ingresados mueran por la precaria situación. «¿Conoces eso de un tonto jode un pueblo? Es lo que ha ocurrido en La Paz», sentencia. «Ha sido un castigo» El relato de Pedro de la Oliva es completamente distinto. Accede a hablar con ABC, pero el profesional prefiere dejar las declaraciones formales en manos de su defensa. En el informe remitido por los abogados, aseguran que al facultativo «se le cesó para castigarle y apartarlo del medio». Sobre los abusos verbales y amenazas, se reafirman en que el juzgado sentenció que «no había pruebas suficientes de que pretendiese humillar, hacer sentir inferior o quebrantar la psicología de los subordinados o terceros más allá de demostrar un rigor especial como jefe de servicio con respecto al cumplimiento de los protocolos de los especialistas a su cargo». Según la defensa, De la Oliva no había abusado de sus empleados, sino reaccionado a lo que consideraba un «incumplimiento generalizado de los protocolos de seguridad que habían provocado un importante aumento de las tasas de infección y mortalidad, con grave riesgo para los ingresados», indican, «lo que obligó al Dr. De la Oliva a adoptar medidas». Concluyen que su único objetivo ha sido siempre «mejorar la calidad en la Unidad» y que la persecución tenía la finalidad de «quitarse del medio» al facultativo. Cronología de un conflicto enquistado Diciembre de 2020 Denuncia por acoso y protoco de conflicto En diciembre del año 2020, varios profesionales del servicio denunciaron tratos abusivos y vejatorios por parte de su jefe. En diciembre se aplica un protocolo de conflicto interno a raíz del cual se cesa al doctor, con apoyo de la Junta Técnico Asistencial. En paralelo, se presenta una denuncia ante la dirección general de Recursos Humanos del SERMAS, que abre un expediente disciplinario al doctor De la Oliva. Febrero de 2023 Primera sentencia a favor del jefe de servicio El jefe del servicio lleva su cese a los tribunales, y en febrero de 2023, se dicta sentencia a su favor en el juzgado contencioso-administrativo número 24. La Comunidad de Madrid interpuso recurso de apelación contra esa sentencia, que está pendiente de resolverse por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Ello, en principio, suspendía la eficacia de la sentencia, pero la defensa de Pedro de la Oliva pidió su ejecución provisional, que fue acordada por auto del 1 de junio de 2023. En septiembre de 2023, el doctor fue readmitido en su puesto Diciembre de 2023 Segundo cese del doctor De la Oliva Tras su reingreso, varios médicos de su servicio pidieron la baja: sólo se quedan 9 de los 20 necesarios. Se buscan personas para suplir los puestos pero solo se consigue hacer dos contrataciones. El 30 de noviembre se produjeron 4 bajas más y 5 renuncias, con lo que la UCI Pediátrica quedó en situación crítica. La gerencia de La Paz cesa por segunda vez al doctor el 21 de diciembre de 2023, y él vuelve a recurrir a los tribunales. Enero de 2024 Medida cautelar: readmisión La magistrada ordena, mediante Auto de 11 de enero de 2024, la suspensión cautelar del segundo cese, y se fija como medida cautelar que se mantenga a Pedro de la Oliva en el cargo. Vuelve el 15 de enero y dos días después, la UCI se cierra ante la baja del resto de médicos. El conflicto en la UCI Pediátrica de La Paz reventó esta semana: el miércoles hubo que cerrarla y trasladar a sus seis pacientes ingresados a otras unidades, porque la vuelta a su puesto del jefe del servicio, el doctor De la Oliva, se tradujo en la marcha de los demás médicos para no trabajar con él. La historia venía de atrás. Concretamente, del año 2020, cuando varios profesionales del servicio denunciaron tratos abusivos y vejatorios por parte de su jefe. En diciembre se aplica un protocolo de conflicto interno y se realiza un informe, a raíz del cual se cesa al doctor. El jefe del servicio lleva su cese a los tribunales, que en febrero de 2023, dictan sentencia a su favor. La Comunidad de Madrid interpuso recurso de apelación contra esa sentencia, que está pendiente de resolverse por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Ello, en principio, suspendía la eficacia del fallo, pero la defensa de Pedro de la Oliva pidió su ejecución provisional, que fue acordada por auto del 1 de junio de 2023. madrid_dia_0703 'Madrid al día' ¿Quieres recibir de martes a viernes en tu mail la información más destacada de la Comunidad de Madrid? Apúntate aquí NO Frente a él, la administración regional solicitó que se declarara la imposibilidad material de la ejecución, alegando que había riesgo de que todos los profesionales de la unidad salieran en cascada. El planteamiento fue rechazado por auto de septiembre de 2023, y el doctor fue readmitido. Varios médicos de su servicio piden entonces la baja por motivos de salud mental: sólo se quedan 9 de los 20 necesarios. Se buscan personas para suplir los puestos pero únicamente se consigue hacer dos contrataciones. El 30 de noviembre se produjeron 4 bajas más y 5 renuncias, con lo que la UCI Pediátrica quedó en situación crítica. Buscando soluciones La gerencia de La Paz cesa por segunda vez al doctor el 21 de diciembre de 2023, y él vuelve a recurrir a los tribunales; la Magistrada ordena, mediante Auto de 11 de enero de 2024, la suspensión del segundo cese y se fija, como medida cautelar, que se le mantenga en el cargo, a la espera de la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Se reincorpora el 15 de enero. A partir de ese día, todos los facultativos del servicio, excepto tres, se dan de baja o renuncian. La Consejería garantiza la asistencia, pero reconoce que la situación «puede tener impacto en otros procesos», según señalaba ayer la consejera, Fátima Matute. Enfermeras del servicio: «A raíz de sus acciones, algunos han renunciado y otros están de baja por depresión» Fuentes de la Consejería de Sanidad afirman que se ha intentado «con todo tipo de alternativas» encarrilar el asunto: se están llevando a cabo «todas las acciones legales» para solucionar este conflicto. Reconocen la complejidad de actuar, y aunque el doctor De la Oliva tiene 64 años y su jubilación podría producirse este verano, consideran «implanteable» esperar hasta entonces. Decía la consejera, «nos remueve el alma que un servicio tan crítico esté así; la pena es que los tiempos jurídicos son más largos de lo que querríamos». En Sanidad no descartaban tener que buscar otras salidas, e incluso la consejera mencionó que «hay otros hospitales en Madrid especializados en tratar estos niños». En todo caso, alerta, «si esto persiste en el tiempo, va a tener impacto en algunos procesos». El interés superior del niño, opinan en la Comunidad, debería prevalecer. El doctor Jesús de Vicente, anestesista del Hospital Materno-Infantil de La Paz y delegado del sindicato Amyts, advertía a las puertas del centro sanitario del riesgo de colapso en la UCI postquirúrgica: «Corremos el riesgo de que pacientes programados para cirugías graves cardiacas, hepáticas y de otro tipo, que luego necesitan tratamientos muy específicos como intubación, ventilación mecánica o sedación, vean suspendidas sus cirugías porque no pueden ir a las UCI, que están llenas con los pacientes llegados de la pediátrica». Por eso pedía «cordura a todas las partes implicadas en el conflicto, que pongan todo lo posible de su parte para que esto se solucione». Muy preocupados están también los padres de los pacientes; distintas asociaciones han reclamado en los últimos días soluciones urgentes ante esta situación «crítica» en la UCI de Pediatría. En un comunicado conjunto, llamaban a tomar medidas «inmediatas para garantizar la atención necesaria a los niños que afrontan condiciones médicas complejas». Esta unidad, añadieron, «da soporte a niños de todo territorio nacional que, por lo grave y excepcional de sus patologías, sólo pueden ser atendidos en ella»: más de 900 niños en estado crítico de toda España son tratados allí.
