El auténtico escándalo del último 'The Best' no fue la sonrojante concesión del premio en 2024 al mejor jugador de 2023 por un Mundial ganado en 2022 y con el que ya se vieron obligados en su día a tener que justificar con calzador el galardón de hace doce meses. Si tuviera que elegir la situación más lamentable de todas yo no me quedaría con el dedazo de Messi (al fin y al cabo el chico no tiene la culpa de la sumisión que provoca a su paso y, como decía el gran Di Stéfano, «no lo merezco pero lo trinco»), ni siquiera con la ausencia entre los nominados a mejor entrenador femenino del año del hombre que consiguió que...
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