No debería haber la menor confusión con esta película, pues el género al que pertenece no suele permitir excesivos matices con él: o te agrada o te desagrada. Es el género de acción constante, peleas a mansalva, ráfagas infinitas de metralla y un argumento que no es preciso filtrarlo por la sesera. Y dentro de esa estantería, esta película que firma David Ayer es muy vistosa, entretenida y eficaz. Interesante, o tal vez preocupante, el personaje central, aquí llamado un 'beekeeper', integrante de una red clandestina de agentes imparables e indetectables. El 'beekeeper' es un protector de la 'colmena' y lo interpreta Jason Statham, que es a este género lo que John Wayne al wéstern o Fred Astaire al musical;...
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