"No hay cogobierno", dicen y repiten voceros del expresidente Mauricio Macri. Agregan que "el PRO acompaña los proyectos que considera buenos para la Argentina, porque la mayoría votó por un cambio que supo representar Javier (Milei ), aunque está claro que nosotros hubiéramos preferido que el resultado fuera otro". Y concluyen: "Nada cambió al respecto, seguimos pensando lo mismo".
No se los nota eufóricos con el Gobierno, pero sí comprometidos con su éxito. "Queremos que le vaya bien, y haremos lo posible para que así sea, pero es importante que se entienda que el PRO no cogobierna, es una oposición responsable que estamos ejerciendo en el Congreso", aseguran.
Incluso comentan que el vínculo entre el Presidente y el exmandatario sigue intacto a pesar de quienes buscan hacerlos pelear "inventando noticias falsas, como que Mauricio recibió a Victoria Villarruel en su casa de Cumelén (en Villa La Agostura)".
"Tal encuentro no existió, ni se planificó tampoco", dicen desde el entorno del expresidente. Puede ser probable que la distancia y el día a día del Gobierno no de motivos de muchos intercambios.
Quien sí tiene una relación diaria con Milei es la todavía presidenta del PRO, Patricia Bullrich, ministra de Seguridad del gobierno de La Libertad Avanza. Incluso es visible que crece la confianza no solo del Presidente en su gestión, sino de muchos funcionarios, que descansan en su figura para instalar conversaciones que la mayoría del electorado valora.
Todos los días Bullrich realiza algún operativo antidrogas o de combate al crimen organizado que produce impacto positivo en la población, generando lo que, en otras materias, como inflación, se está mostrando cada vez más difícil: resultados concretos para evitar cortes de calle en las protestas y la instalación de un discurso "del orden" que muestra la decisión política de Milei y la capacidad de ejecución de su ministra. Además, tiene aval para hablar de cualquier tema del que le pregunten.
De lo que no habla Patricia es del PRO, porque está virtualmente renunciada al mes de febrero, cuando vence su período en la presidencia. Dijo en su momento que convocará a elecciones para elegir a las próximas autoridades, lo que no causó ninguna gracia entre las huestes de Macri ni de Horacio Rodríguez Larreta.
Incluso hizo trascender que, ante la posibilidad de que el expresidente pretenda hacerse cargo del partido, ella le dará batalla. Para otros sectores del PRO, "Bullrich ya es de LLA, aunque no estoy seguro de que los diputados de ella la sigan en esa línea de ultra defensa del Gobierno".
Macristas ortodoxos se sintieron ofendidos por esta actitud de Bullrich. "Siendo fundador del espacio no corresponde que especule con eso", se quejan. Y remarcan que la integración de la ministra "fue a título personal, para nosotros es como si fuera de LLA, porque el PRO no le dio mandato para integrar el Gobierno".
En lo de Rodríguez Larreta los tiempos no son nada urgidos. Básicamente, el extitular del Gobierno porteño no tiene muy en claro qué hacer, si respaldar a Macri o no para la presidencia del partido, si mantenerse al margen para dar espacio a los gobernadores del PRO, que incluyen a su sucesor, Jorge Macri, Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Nacho Torres (Chubut).
En principio, Larreta y Mauricio Macri no se reunieron y no es fácil de imaginar por donde podría pasar un acuerdo entre ellos. Tal vez, se sugirió, podría acordarse llevar la fecha de renovación del partido unos meses más adelante", aunque no hay un plazo preciso.
"No tiene sentido ahora ponernos a hablar sobre el partido. El Presidente tiene razón en decir que Argentina está en emergencia y la prioridad es ayudar en lo que sea posible desde el Congreso, a nadie le interesa hoy cómo queda la conducción del PRO", dijo un dirigente muy allegado a Larreta en diálogo con El Cronista. "Es muy temprano todavía", expresó un diputado.
Quienes tienen responsabilidades de gestión están on fire. Quienes tienen que llevar la postura de oposición responsable están atentos a cumplir con las necesidades del Gobierno en el Parlamento, con más o menos distancia de La Libertad Avanza, según el sector del PRO que se trate.
De los dos fundadores, Macri sigue estando más cerca de Milei, aunque quisiera que el partido siga teniendo fuerte actividad política, quizás como protagonista. Larreta es el que está más lejos del Presidente, aunque valora respaldar al Gobierno, preocupado sobre todo en darle gobernabilidad a sus amigos, los gobernadores del PRO o de partidos aliados.
Cómo seguirá la película no se sabe. Pero lo que parecía que podía estallar en mil pedazos, todavía los sigue convocando. Para bien o para mal, siguen dando vueltas sobre esa herramienta que no pudo poner al Presidente en 2023, quizás porque se repartieron el poder antes de ganarlo, quizás porque sus diagnósticos sobre las demandas de la población no coincidían demasiado. Nadie puede saber tampoco, a esta altura, si esa brecha será superada.