La Xunta cumplió el martes con la primera de las exigencias del Gobierno de Sánchez para desplegar en Galicia recursos estatales para la recogida de pélets: elevar a nivel medio la alerta de su plan regional para accidentes medioambientales marítimos . Y, desde este miércoles, el Ejecutivo central ya tiene sobre la mesa también una carta con una descripción detallada, que el Ministerio para la Transición Ecológica también le reclamaba, de los medios estatales que el gobierno autonómico considera necesarios . Sobre todo, con la intención —y la petición— de que se intente recoger los sacos de microplásticos en el mar y evitar así que los millones de pélets de cinco milímetros que contienen sigan dispersándose por la costa. Con el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, al frente, el Plan Territorial autonómico de Contigencias por Contaminación Marina Accidental (Camgal) ha celebrado este miércoles su primera reunión con el nivel 2 de emergencia activado. Y de allí ha salido una carta, a la que ha tenido acceso ABC, con la Delegación del Gobierno en Galicia como destinataria, en la que se solicita oficialmente «la colaboración de Sasemar —Salvamento Marítimo— para la eliminación de carga contaminante mediante recogida de elementos contaminantes en el mar». Porque, según añade la misiva, esta es una «cuestión que los técnicos consideran fundamental para controlar el vertido». Medios marítimos y aéreos Lo de abordar los sacos de pélets en el mar antes de que alcancen la costa no solo lo reclamó la Xunta, sino también el gobierno de Cantabria, que, junto a Galicia y Asturias, son las comunidades autónomas más afectadas por el vertido, y también las que tres únicas que, por ahora, han accionado el botón del nivel intermedio en sus respectivos planes de actuación regionales. MÁS INFORMACIÓN opinion Si Análisis Fabricando un 'Prestige' a 40 días de las autonómicas José Luis Jiménez Por eso, en la carta enviada a la Delegación del Gobierno de Galicia y que firma el director del plan Camgal, Lino Sexto, reclaman, en concreto, los siguientes medios: cuatro buques de Salvamento Marítimo —el 'Don Inda', el 'María Pita 2', el 'SAR Gavia' y el 'Guardamar Urania'—; siete embarcaciones rápidas —también especificando el nombre de cada una—, y el avión CN 250-300 'Rosalía de Castro', a demás de dos helicópteros. A esta lista de medios marítimos y aéreos, los técnicos del plan de emergencias gallego añaden otra petición: la activación inmediata de un vehículo submarino de control remoto —'Rov Comanche'— y los «medios navales necesarios» para la «revisión y sellado del colector origen de los elementos contaminantes». Y dos reclamaciones más al Gobierno central: un proceso de «formación básica» del voluntariado que limpia las playas, y la disposición de personal suficiente en tierra que pueda sumarse de forma «inmediata» a las labores de recogida si fuera necesario. La tipología de recursos que desde Galicia se reclama al Estado se entiende bien con un dato que la consejera gallega de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, ha explicado en una rueda de prensa posterior a la reunión del Camgal: la estimación de que el 90 por ciento de las 25 toneladas de carga de pélets que el buque 'Toconao' vertió en aguas portuguesas el pasado 8 de diciembre todavía no ha alcanzado la costa. Por eso, recalcó la consejera autonómica, «todo lo que se recoja en el mar no llega a la costa y supone minimizar el problema». Pero en esa misiva además de peticiones hay reproches. Se recuerda, por ejemplo, que la Xunta activó su plan de emergencia desde el momento en que recibió la «comunicación oficial» del Gobierno de la llegada de pélets. Es decir, el 3 de enero. Una comunicación que, incide la carta, debería de haberse producido ya el 8 de diciembre, «cuando el Estado tuvo constancia oficial del siniestro». El Ministerio, «culpable» La consejera gallega ha sido muy dura este miércoles con la gestión de esta crisis por parte del Gobierno central, porque lleva «un mes y dos días sin actuar» pese a que tiene «competencias exclusivas en el mar». Y Vázquez ha llegado a decir que «cada partícula» que alcanza estas semanas la costa gallega «tiene un culpable, y ese culpable es el Ministerio». Esta crisis de los microplásticos está contaminada por un aire preelectoral, con los comicios autonómicos del 18 de febrero en el horizonte. Y desde la izquierda y el nacionalismo se reproducen y actualizan —ahora hay redes sociales— estrategias puestas en marcha más de dos décadas atrás, con la catástrofre del Prestige. Entonces, el movimiento 'Nunca Máis', orientado por el nacionalismo, tomó la calle para protestar por la gestión del Gobierno y la Xunta, ambos en manos del PP. Esta vez, la manifestación bajo el lema 'en defensa de nuestro mar' se celebrará en Santiago de Compostela el 21 de ener o, apenas un mes antes de la cita con las urnas. La convocan un centenar de colectivos ecologistas y agrupaciones del sector, contra «los gestores de la comunidad con más kilómetros de costa de todo España», Galicia, aunque también apuntan al Gobierno central. El presidente de la Plataforma en Defensa de la Ría de Arosa y portavoz de 'Nunca Máis', Xaquín Rubido, asegura que lo que se pretende con la marcha es «canalizar el sentir de la ciudadanía gallega». Mientras los pélets siguen llegando con cada ola a muchas de las playas atlánticas y a algunas cantábricas, y la proximidad de las elecciones condiciona los pronunciamientos políticos sobre las crisis de los microplásticos, en los tribunales las cosas empiezan a moverse. Por una parte, un juzgado de Noia (La Coruña) abrió diligencias por la posible existencia de un delito contra el medio ambiente. Por eso, ha pedido a la Guardia Civil datos sobre la titularidad del buque, de cómo perdió la carga, la composición y la posible toxicidad de los pélets. Un informe similar ha solicitado también la Fiscalía General del Estado. Y en la Unión Europea, también están expectantes por la «amenaza» que las 25 toneladas de pélets pueda suponer para el mar y para la pesca.