Hace tres años, en un planeta en pre-pandemia, 'Forbes' citó a Naomi Osaka (26 años) como la deportista femenina con más ingresos de la historia. Y la revista 'Time' la incluyó en el listado de las cien personas más influyentes del mundo. La tenista, nacida en Japón por su madre, de padre haitiano y criada desde los tres años en Estados Unidos, era la número uno del mundo. Cuatro Grand Slam en su casillero. La jugadora que parecía intratable se encontró con el enemigo invisible, el dolor impalpable del deporte. La salud mental. Retirada desde septiembre de 2022, madre primeriza en ese periodo, Osaka vuelve animada y con un triunfo en su reaparición ante Tamara Korpatsch (6-3 y 7-6) en el mismo torneo de Brisbane donde Nadal trata de reencontrar su anterior vida. Osaka ingresó en la inestable rueda de la celebridad hace cinco años, cuando derrotó a Serena Williams (23 Grand Slam) en la final del Abierto de Estados Unidos y se convirtió en la primera tenista nipona en ganar este grande. Noticias Relacionadas estandar No Rafa Nadal regresa con derrota en dobles en Brisbane tras casi un año de ausencia AGENCIAS estandar No Tenis Nadal y un regreso entre la ilusión y la realidad Laura Marta Era imparable su ascenso deportivo (ganó dos Open de Australia y otro Open USA), pero en su interior se juntaban otra serie de ingredientes relacionados con la frustración y la ansiedad que explotaron en Roland Garros 2021. A Osaka la atrapó una garra oculta: el miedo. Miedo a hablar en público, pánico a enfrentarse a los medios de comunicación antes o después de un partido, una enfermedad denominada glosofobi a y que se vincula a pensamientos catastróficos por anticipado, las situaciones irracionales, la baja autoestima, una experiencia negativa o la fatiga por estrés. Miedo a hablar en público Algunos, varios o todos estos condicionantes la empujaron a retirarse de Roland Garros y dedicarse tiempo a sí misma, a su ansiedad y depresión. «Creí que era necesario, pero me sentí avergonzada en ese momento, porque como deportista te dicen que seas fuerte y que superes todo, pero aprendí que es mejor reagruparse y ajustar los sentimientos que tienes para volver más fuerte», dijo en The Late Show. La japonesa navegó en esas aguas borrascosas, con idas y venidas, siempre al borde, hasta que tomó una decisión más tajante. Dejó de competir después del Open de Tokio, a finales de septiembre de 2022. Otra prioridad vital. Quería ser madre. El pasado julio, la tenista y su pareja, el rapero estadounidense Cordae, dieron la bienvenida a su primera hija, Shai. El tenis había pasado al segundo plano, Osaka era la 438 del mundo. Quince meses después de su paréntesis, la japonesa ha vuelto. «Ser madre ha cambiado mi perspectiva sobre muchas cosas», aseguró en el torneo australiano. «Siento que tengo más confianza en quién soy como persona. No estaba en mi propio cuerpo. Conducía el coche equivocado. Poco a poco, paso a paso, trabajamos mucho y llegamos a donde estoy ahora».
