Hay muchos vinos dulces en el mundo, desde el espléndido Tokaj húngaro de 7 ó 5 puttonios al emblemático Château d’Yquem francés. ¿Y qué decir de los oportos, de intenso sabor, o esos riesling alemanes en tensión perfecta entre golosina y acidez?. Así podríamos continuar la lista: madeiras de Portugal, marsalas y pantellerías italianos, vinos de hielo austriacos… Todos son grandes joyas de la enología mundial. Pero España no se queda atrás y somos una de las más punteras potencias en esta gama de vinos. Grandes ejemplos como los jerezanos, moscateles, rancios de alicante ...
