Contaba hace poco Miguel Costas en ABC que lo primero que les llamó la atención de Germán Coppini a él y a Julián Hernández cuando lo vieron en un bar de Vigo, fueron las chapas de su chupa de cuero. Todas eran de grupos guapos e interesantes, así que el tío tenía que molar. Se acercaron a él, formaron Siniestro Total y exprimieron su genio durante dos años hasta que se cansó y sintió que lo que él buscaba en la música era otra cosa. Su salida del grupo fue algo traumática, tal como él mismo explicó: «Mi fuente de ingresos era Siniestro Total, con ellos salían los bolos y hacíamos actuaciones. Luego los fines de semana me reunía con...
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