Hasta los 12 años, corría sin descanso por la banda, pero el estirón propio de su edad le hizo pasar de extremo a centrocampista de toque, corte y recorrido. Criado en la cantera del Girona y esponja durante tres años del peculiar estilo de la Masía, Gerard Gumbau (18 de diciembre de 1994, Campllong) dirige la orquesta de un Granada en descenso que hoy estrena entrenador en el Santiago Bernabéu. -¿Cómo es vivir en un pueblo de solo 500 habitantes? -Bueno, eso es ahora. En mi infancia, en Campllong, éramos 200. Tiene muchas cosas buenas. Puedes crecer sin ningún tipo de miedo, juegas en la calle a todas horas, tienes a los abuelos y a los amigos al lado de tu casa. Y el colegio estaba en el pueblo más próximo, a solo cinco minutos en coche. Noticia Relacionada Fútbol estandar No Oficial: el Granada despide a Paco López ABC | Agencias Con el club nazarí penúltimo con tan solo siete puntos en 14 jornadas, el técnico valenciano ha sido destituido este mismo domingo -¿A qué se dedicaban sus padres? -Mi padre trabajó en una fábrica agroalimentaria y mi madre era administrativa en una empresa de transportes de pieles. -Desde octubre del año pasado el padre es usted. Y de gemelas, Siena y Mía. Menudo impacto... -Es muy duro criar dos a la vez. Te cambia por completo la vida, pero también es muy bonito. Mi mujer, Ana, es una madraza, siempre está ahí. Ellas tienen el trabajo más duro del mundo. Por suerte, las niñas duermen 7-8 horas seguidas por la noche y eso es fundamental. El descanso para los futbolistas es primordial. -Se formó en la cantera del Girona y a los 18 recaló en la Masía. Un '5', como lo era usted en esa cantera, es un puesto peculiar. -Es una posición muy específica del Barça. Tienes que formar triángulos con los centrales e interiores para dar salida de balón, debes estar bien perfilado y bien posicionado para cortar contragolpes del rival. Es una posición que parece que no haces nada, que no estás, pero es el sostén del equipo, el pilar. Ahí ha jugado gente como Guardiola o Busquets. -¿Un estilo tan específico penaliza cuando ya no estás ahí? -Sobre todo, en el tema sin balón. En los tres años que estuve en el Barça B me exigieron mucho balón y balón. Dominas todos los partidos y cuando salí de allí fui al Leganés, a un proyecto de Primera de un equipo humilde, con una mentalidad más defensiva. Es cuando empecé a crecer como futbolista en otros aspectos. Por suerte me adapto rápido y soy inteligente en el campo, pero claro que a otros jugadores les cuesta cuando salen de la Masía. -Usted debutó en el primer equipo del Barça en 2015, con Luis Enrique. ¿Qué tal es como técnico? -Es un entrenador que maneja al grupo espectacularmente bien. Muy exigente y con buenos conceptos de juego. Lo que te dice, te lo crees. En eso es el mejor. -Del Leganés volvió a Girona, en 2019, para un ambicioso proyecto en Segunda con el objetivo de Primera. -Fueron dos años duros porque solo valía ganar y yo quería responder por mi ciudad y mi gente. Estuvimos dos veces a las puertas del ascenso, pero no pudo ser. Y mira ahora cómo está el Girona. Muy contento por ellos. -Imagino que no estará tan contento con la temporada del Granada. -Estamos trabajando para que lleguen los resultados, pero la exigencia de Primera es altísima. Nos están penalizando los detalles. Tenemos que seguir creyendo en nuestro trabajo y esperemos que esos detalles caigan pronto de nuestro lado y poder crecer. -¿La posible venta del club en verano tiene parte de culpa de la situación deportiva? -Yo creo en el proyecto y en el equipo. Por eso vine aquí y firmé cuatro temporadas. Los refuerzos que hemos llegado estamos aportando, hay una buena base del año pasado y con otros resultados estaríamos hablando de otra cosa. -Son 33 goles encajados y solo 7 puntos en 14 jornadas. Es difícil creer así en la permanencia. -Si pensáramos que vamos a descender, ¿para qué íbamos a seguir jugando? La dinámica es la que es, pero una victoria puede cambiarla. Tenemos que insistir y creer. Hay equipos que luchan también con nosotros, que no han hecho un buen inicio de temporada y que tienen mayor presupuesto. Quedan 24 jornadas, una barbaridad. Y, quizás, esta temporada la salvación no requiera tantos puntos. -Queda una barbaridad, pero ya sin Paco López... -Paco ha dado mucho al club. Fue campeón de Segunda. Hay que valorar su trabajo. Le agradecemos eternamente todo lo que nos ha enseñado y tenemos que seguir luchando, también por él. -¿No le parece arriesgado confiar la salvación en un entrenador desconocido? -Es verdad que a nivel europeo nadie le conocía porque solo había entrenado en Suramérica. Pero Medina viene con energía y positivismo, con ganas de enchufarnos y de que creamos en nosotros. -Otro Medina, Cantalejo, dice que el arbitraje esta temporada está impecable. ¿Vive en un mundo irreal? -Yo creo en las decisiones arbitrales y en que quieren ser lo más justos posible. Pero también es cierto que ellos tienen conceptos arbitrales más técnicos y, desde nuestra parte como futbolistas, se echa en falta que los árbitros no lo hayan sido para apreciar mejor algunos momentos. Para mí sería bueno que salieran a hablar públicamente y reconocieran sus errores. Y me parece bien que vayan a la nevera uno o dos partidos si cometen errores. -Esta tarde, el Bernabéu. -Un partido motivante ante algunos de los mejores jugadores del mundo, en un campo dificilísimo. Muchos equipos se cambiarían por nosotros. Vamos a intentar hacer un partido incómodo y contrarrestar sus virtudes. Y esperemos que ellos no estén muy acertados. Tenemos hambre y ganas de dar una alegría a nuestra gente. Nosotros también estamos sufriendo. Yo tengo rabia de no haber logrado más victorias. Trabajamos diariamente para que la afición vea que valoramos dónde estamos y que puede seguir confiando en nosotros como lo está haciendo.