Mientras estudia la vuelta del hombre a la Luna y ensaya así lo que sería un primer viaje a Marte en la próxima década, la NASA no pierde de vista la exploración espacial lejana a otros mundos.
Por Víctor Ingrassia | Infobae
Así, con la vista puesta en Titán, la luna misteriosa de Saturno, la Agencia Espacial de Estados Unidos ha autorizado esta semana el diseño y fabricación del Dragonfly, un dron de propulsión nuclear del tamaño de un automóvil destinado a explorar las arenas ricas en materia orgánica de este satélite.
A principios de este año, Dragonfly pasó todos los criterios de éxito de su Revisión de Diseño Preliminar y su fecha de preparación para el lanzamiento ha sido propuesta para julio de 2028.
Dragonfly, una misión única de la NASA a la superficie de otro mundo oceánico está diseñada para investigar la compleja química que es precursora de la vida.
El vehículo, que construirá y operará el Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins estará equipado con cámaras, sensores y muestreadores para examinar áreas de Titán, la gran luna de Saturno, que se sabe que contienen materiales orgánicos que pueden haberse mezclado previamente con agua líquida, ahora congelada sobre la superficie helada.
Según informa el APL, el equipo de Dragonfly ha logrado importantes avances técnicos, entre ellos: una progresión de pruebas de los sistemas de guía, navegación y control de Dragonfly sobre los desiertos de California que se asemejan a las dunas de Titán.
También ha efectuado múltiples pruebas de sistemas de vuelo en los exclusivos túneles de viento del Centro de Investigación Langley de la NASA.
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