La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, anunció el pasado lunes en una tribuna publicada en el diario Le Monde que deja la red social X (antes Twitter) porque considera que la plataforma se ha convertido en los últimos años en un «arma de destrucción masiva de nuestras democracias».
La dirigente socialista explicaba que al principio Twitter era «una herramienta revolucionaria», sin embargo, en la actualidad la red social «y su propietario actúan de forma deliberada para exacerbar las tensiones y los conflictos». Una alusión directa a Elon Musk sin mencionar de forma explícita al magnate, que adquirió la red social en octubre de 2022.
Recordó Hidalgo que en 2009 fue una de las primeras políticas francesas que se creó una cuenta en Twitter, en la que amasaba 1 millón y medio de seguidores, pero denuncia que desde entonces X ha experimentado una «lista de derivas» que considera «infinita».
«Manipulación, desinformación, amplificación de los impulsos de odio, acoso organizado, antisemitismo y racismo demostrados, manadas que atacan a científicos, climatólogos, mujeres, ecologistas, progresistas y a todos los que buscan debate político sereno», detalla la dirigente socialista. Todo eso, añadía, «sin olvidar las injerencias extranjeras cotidianas que interfieren en los procesos electorales y que atentan contra nuestras democracias al tratar de desestabilizarlas».
«No nos equivoquemos. Hay un proyecto político muy claro que quiere ignorar la democracia y sus valores en favor de intereses privados poderosos», insistía Hidalgo. «Con sus miles de cuentas anónimas y sus granjas de trolls, lo que pasa en X no es la vida democrática sino exactamente su opuesto».
Para Hidalgo, ahora «las polémicas, los rumores y las manipulaciones burdas dictan el debate público, propulsados por el algoritmo de X, donde solo cuenta el número de likes. Qué importan los hechos». Por estos motivos, dejó definitivamente X, aunque seguirá «en otras redes sociales donde existe aún el diálogo respetuoso». Finalmente, la regidora instaba a los ciudadanos, a sumergirse en «la democracia real», la de los consejos municipales, encuentros o conferencias, con discusiones reales entre personas.
La candidata del Partido Socialista a las elecciones presidenciales de abril de 2022, en las que protagonizó el peor resultado histórico de la formación con menos del 2% de los votos, no es la única dirigente política francesa que ha abandonado esta red social. En junio del pasado año, Manuel Valls, decidió desactivar su cuenta después de caer derrotado en las elecciones legislativas como diputado por la 5ª circunscripción de los franceses en el extranjero, que incluye España, Portugal, Mónaco y Andorra. El ex primer ministro escribió: «Adiós Twitter», pero por motivos distintos a los de Hidalgo.
Fuera de las fronteras de Francia, sin embargo, existe un caso similar al de la alcaldesa de París. Sucedió hace unos meses en Eslovenia. El partido del primer ministro ecologista Robert Golob, el Movimiento por la Libertad (GS, por sus siglas), anunció su salida de X (entonces Twitter) después de que Musk adquiriera la compañía por temor a que «abran aún más sus puertas a la comunicación indecente y a la incitación al odio».
