Con la recuperación de las áreas de mangle en la zona, a través del proyecto internacional de Resiliencia Costera, las aves han vuelto a encontrar un buen ambiente para su subsistencia, descanso y ciclo reproductivo
La recuperación de las áreas de mangle en el litoral norte de Ciego de Ávila, ocasionó el regreso del flamenco rosado a esa región beneficiada hoy por el proyecto internacional de Resiliencia Costera, reporta PL.
Luego de varios años de ausencia el ave encontró, en una zona costera del poblado avileño de Punta Alegre, un buen ambiente para su subsistencia, descanso y ciclo reproductivo, que va desde los meses de abril a junio.
En ese sitio de intervención directa de la iniciativa global, financiada por la Unión Europea, a través de la Alianza Global para el Cambio Climático, está la finca Rivero, perteneciente a Nelson Martínez, cuya propiedad abarca cuatro hectáreas de bosque de manglares.
«Hace unos meses avisté unos cuantos flamencos en los alrededores de la finca, ya hoy ha crecido su población, pues tienen un entorno favorable y comida necesaria para convivir y reproducirse», manifestó el campesino puntalegrense.
La zona severamente afectada por el huracán Irma en 2017, fue sometida a un riguroso trabajo mediante labores de regeneración natural asistida para garantizar el incremento de la resiliencia de ecosistemas y comunidades costeras ante los impactos del cambio climático.
El estado favorable de las plantas, vital para la recuperación de la avifauna, es el resultado de la transferencia de conocimientos y recursos para el manejo de un ecosistema sensible, que aporta seguridad ante las amenazas de los eventos hidrometeorológicos extremos.
El flamenco rosado tiene hábitat permanente en toda la costa norte de Ciego de Ávila, incluida la reserva ecológica Centro -Oeste de Cayo Coco, donde vive una de las mayores colonias del país y que constituye uno de los principales símbolos del destino turístico Jardines del Rey.
La vistosa ave fue muy admirada por el escritor estadounidense Ernest Hemingway cuando al verlas por las costas de la cayería norte avileña, escribió: «Su tamaño y el que sean tan feas en detalle y a la vez tan perseverantemente bellas, deben ser viejas, de los tiempos remotos».
En Cuba está entre las especies amenazadas, por lo cual los ministerios de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, y del Turismo, apoyados en especialistas de Flora y Fauna, desarrollan programas y aplican leyes para su protección y reproducción, por eso el incremento en los últimos tiempos.
