Comenzó Hanfmann poderoso en el primer juego, metiendo todo primeros servicios. Arrancó suelto y decidido el número 53 del mundo, pero Alcaraz fue minando ese ímpetu a base de restos. Con ese primer golpe después del saque del rival, el español empezó a hacer dudar al alemán. Con los segundos saques, se metía mucho en pista para presionar desde el primer momento y tomar la iniciativa desde ahí. Es algo que viene repitiendo sobre todo en el segundo tramo del curso. Así, en el tercer juego del partido, segundo de servicio de Hanfmann, ya llegó el primer break. El germano lo arregló porque también estaba restando muy bien y muy profundo y también rompió rápido.
Carlos todavía tiene que ajustar su juego y además se encontró a un rival rodado en la fase previa, y un gran tenista, vaya. Con esa manera de restar, Carlos fue una amenaza constante. Le faltaba ir mejorando al servicio. La resistencia de Hanfmann fue encomiable, también recuperó una segunda rotura, pero su cabeza estaba hecha un lío cuando tenía que servir. El murciano le hacía daño ya con los primeros (sólo 58 por ciento ganados en el primer set) y especialmente con los segundos (apenas un 35). Así es difícil poder avanzar ante un tenista como el dos del mundo.
El segundo set continuó con un panorama parecido, con la amenaza constante de Alcaraz que, más fino, con el servicio, llegó al triunfo sin problemas. A mejorar, el porcentaje de pelotas de break que logró ganar, 4 de 15, demasiado poco, una vieja pelea del español.
Superado el primer escollo, la dificultad aumenta con el partido de octavos de final ante el italiano Lorenzo Musetti, otro de los jóvenes (sólo un año mayor que Alcaraz) que vienen pegando fuerte en el circuito.
También en octavos está el malagueño Alejandro Davidovich, que tiene un partido de cuidado ante Alexander Zverev (a las 15:00 del sábado 30 de septiembre, en Movistar).
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