Años de malos hábitos han convertido a las enfermedades del corazón en causa de muerte de los costarricenses y una de las mayores causas de hospitalización. Hay formas de cambiar esa historia
El invaluable trabajo del corazón hace que nuestro organismo funcione, pues con sus latidos distribuye sangre y oxígeno a todo el cuerpo. Además, es un órgano muy agradecido, porque aguanta más de un mal hábito, pero muchos años de malos hábitos pueden enfermarlo, lo que afecta al resto del cuerpo.
La buena noticia es que hay muchas formas de cuidarlo para que siga cuidando de nosotros. Con motivo del Día Mundial del Corazón, que se celebra este viernes 29 de setiembre, La Nación repasa cómo podemos potenciar nuestra salud cardiovascular.
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es realizar al menos 150 minutos de actividad física a la semana. Lo ideal es distribuirlos en al menos cinco días.
No hay un tipo de actividad física mejor o peor, usted puede realizar la que más le guste: su deporte favorito, ir al gimnasio, salir a correr o trotar, bailar o caminar a una mayor velocidad.
“Nosotros estamos hechos para el movimiento. Nacimos moviéndonos, desde el vientre materno nos estamos moviendo. Antes debíamos movernos para conseguir nuestro alimento; ya no, nuestra vida nos lleva al sedentarismo. Entonces debemos buscar ese movimiento”, manifestó Willliam Rubí Quirós, especialista en movimiento humano y educación física, en una entrevista anterior.
Es importante que no comience exigiéndose demasiado, vaya poco a poco. El mismo corazón va a ir aumentando su resistencia y sus pulmones, mejorando su respiración.
Sin embargo, antes de comenzar, es bueno consultar con un médico que le guíe. Algunas personas podrían tener lesiones o problemas del corazón y exigirse más de lo conveniente derivaría, eventualmente, en algo más grave.
El fumado no solo está relacionado con el cáncer de pulmón. Las probabilidades de un infarto al miocardio o de un accidente cerebrovascular (popularmente conocido como “derrame cerebral”) aumentan con este vicio. La revista The BMJ Today publicó un análisis de 55 publicaciones que incluyeron 141 estudios científicos y concluyó que un solo cigarrillo al día daña el corazón.
En el caso de los hombres, este único cigarrillo aumenta en un 48% el riesgo de sufrir un infarto al miocardio en comparación con quienes no fuman, y, en las mujeres, en un 57% en relación con las que no tienen el hábito.
En cuanto a los accidentes cerebrovasculares, en el caso de los hombres, las probabilidades de sufrir uno suben un 25% en comparación con los no fumadores, y un 31% en el caso de las mujeres.
Por supuesto, la alimentación es clave. Hay alimentos amigos del corazón y otros cuyo abuso podría ser muy riesgoso para el órgano, como había manifestado a La Nación la nutricionista Maricruz Ramírez Di Leoni.
“El alto consumo de vegetales, de frutas, de agua, de grasas saludables nos aporta vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra. Esta es una alimentación cardioprotectora, protege el corazón”, enfatizó.
Por el contrario, el exceso de grasas, comida cocinada con mucha sal y azúcares podrían generar el efecto contrario.
Aunque se recomiendan ocho horas de sueño, esta regla no es igual para todos. Hay quienes solo requieren seis horas para dormir bien, pero otros necesitan nueve horas.
Debemos poner atención a si sentimos que descansamos o no, si nos sentimos recuperados e incluso si estamos roncando. Si hay problemas de ronquido es bueno consultar con un médico.
¿Cuándo fue la última vez que usted se hizo un examen de sangre para determinar cómo estaban sus niveles de azúcar, colesterol, triglicéridos y hemoglobina? ¿La última vez que se tomó la presión arterial? ¿La última vez que se tomó el pulso y contó las pulsaciones por minuto? ¿O cuándo se hizo un chequeo médico general solo por prevención?
Todos estos exámenes son importantes para determinar si hay números que indican que podríamos tener una enfermedad crónica que, si no se controla, puede dañar el corazón. Estos son los números importantes:
Presión arterial. En términos generales, debe estar en las cercanías de 120/80 mmHg. Si esta comenzara a subir a más de 130/90 en varias tomas durante una semana sí es motivo para consultar al médico para determinar si amerita algún tipo de tratamiento o un seguimiento mayor.
Frecuencia cardíaca en reposo. Para un adulto sano oscila entre 60 y 100 latidos por minuto. Si estos números están por fuera de este rango es recomendable consultarlo con un médico para establecer la razón de esos niveles o si es necesario hacer otros análisis.
Para saber cómo está usted es bueno medir las pulsaciones por minuto (o durante 20 segundos y multiplicar por 3) cuando usted esté en reposo, relajado y sin tener algún tipo de exaltaciones como un susto, una gran alegría o un hecho preocupante del que acaba de enterarse. Se puede sentir en la muñeca, el lado del cuello, la parte de atrás de las rodillas, la parte de adelante de los pies, la ingle y otros lugares del cuerpo donde haya una arteria cerca de la piel.
Colesterol. En general, para mayores de 20 años, el nivel saludable de colesterol total es de 125 a 200 mg/dL. Y si se habla de colesterol LDL (popularmente conocido como “malo”), debe estar por debajo de 100 mg/dL.
Triglicéridos. Son un tipo de grasa que está en la sangre, por ello, también se requiere de un examen de laboratorio para saberlo.
Finalmente, si usted ya le diagnosticaron una enfermedad crónica como hipertensión o diabetes o tiene que tomar medicamentos para controlar su colesterol o triglicéridos, cumpla al pie de la letra el tratamiento, de esta forma podrá llevar una vida normal.
En cambio, si usted abandona el tratamiento o no lo cumple a cabalidad el corazón podría afectarse, y con esto, la salud de todo el cuerpo.
