Intel anunció, este jueves 27 de abril, sus resultados financieros para el primer trimestre del 2023, en los que registró las mayores pérdidas para un periodo de tres meses en toda su historia, con números rojos por $2.768 millones.
Las pérdidas registradas por el fabricante de microprocesadores obedecen a una caída en las ventas de computadoras personales y otros productos. El resultado de los primeros tres meses de este año contrasta con los $8.113 millones generados en ganancias en el mismo periodo del año pasado.
En cuestión de un año, las ganancias de la firma, que tiene presencia en Costa Rica, se desplomaron un 134% y cayeron en terreno negativo. Pese a esto, Pat Gelsinger, director ejecutivo de Intel, resaltó en el comunicado de prensa que son unos “resultados sólidos”.
Por su parte, David Zinsner, director financiero de Intel, también mencionó que superaron sus expectativas para el primer periodo del año y añadió que continúan manteniendo la disciplina en la gestión de gastos como parte del compromiso por ser más eficientes y el ahorro.
Desde la presentación de resultados del cuarto trimestre del año anterior, ya habían anticipado pérdidas para el primer trimestre del 2023. Entre enero y marzo del 2023, los ingresos de la compañía estadounidense cayeron en un 36%, hasta $11.715 millones, un nivel no visto desde el año 2010.
Según el informe más reciente, las caídas más pronunciadas se dieron en la división de computación para clientes, que generó $5.800 millones, y su centro de datos e inteligencia artificial, que produjo $3.700 millones en ventas, lo que representa una disminución interanual de 38% y 39%, respectivamente.
En este primer trimestre del 2023, todas las divisiones de negocios de Intel registraron caídas en sus ventas, a excepción de Mobileye, la unidad de vehículos autónomos de la compañía, que creció un 16%. Para el segundo trimestre del año prevén una facturación de entre $11.500 y $12.500 millones.
Con este resultado, Intel suma el quinto trimestre consecutivo de descenso en sus ventas, y el segundo trimestre al hilo en el que se registran pérdidas.
En el periodo anterior tuvieron una merma de $664 millones debido a la caída de la venta de computadores personales y smartphones que llevan los componentes que fabrican.
La empresa tenía, hasta enero, más de 3.600 empleados en Costa Rica, según había comentado la firma a La Nación. En diciembre del 2020, la firma anunció el regreso de su área de manufactura a Costa Rica, la cual había salido del país, en el 2014, luego de 17 años de operar.