El excomisario Villarejo ha concedido una entrevista para el diario ABC en el que desgrana su situación actual y las preocupaciones sobre alguna de las causas que todavía tiene pendientes, entre la más reseñable, destaca su convencimiento sobre que "están preparando su suicidio" porque todavía, parece, guarda copia de los audios.
En la entrevista, Villarejo asegura que el CNI era quien grababa los audios y le entregaba las cintas salvo en la entrevista con Corinna en la que fue el propio Centro Nacional de Inteligencia quien le entregó el equipo para que pudiese grabar la conversación. El fin de estás grabaciones siempre fue "para uso propio" y afirma que en algunas ocasiones "tomé la iniciativa de algunas de las grabaciones".
Villarejo asegura que nunca pensó que sus actuaciones como agente del CNI le llevasen a prisión pero afirma que no necesitó contactos para salir de prisión si no que "vinieron a mi". Cuando Villarejo llevaba siete meses en prisión provisional imputado, entre otros delitos, por blanqueo de capitales internacional y cohecho y se había producido la moción de censura a Rajoy y nombrado a Dolores Delgado ministra de Justicia, "empecé a recibir visitas de un par de jueces y fiscales, gente muy correcta y muy educada que planteaban la posibilidad de salir a cambio de que yo diera información".
En estas informaciones, el comisario puso una línea roja, "el linchamiento a la Corona". En la entrevista dice que un entorno próximo al presidente del Gobierno le pidió que sacará a la luz los audios sobre Corinna, a lo que se negó insistiendo "que era un error por parte del Partido Socialista, si era esa la intención, porque además había sido siempre un partido institucional serio y de Estado". Pese a todo, los audios salieron y llevaron a Juan Carlos a Abu Dabi. Villarejo afirma que la filtración corrió a cargo de un fiscal y un periodista.
Pese a todo, las relaciones con Justicia se mantuvieron y tras las revelaciones de moncloa.com, Villarejo acusa -"lo supe, pero no tengo pruebas"- a Sanz Roldán de convencer a la ministra de Defensa, "que no era muy amiga de Delgado, de que estaba intentando que yo hablara de la Corona. Fue un misil para intentar quitarla de en medio". "Emisarios que decían ser de Fiscalía han tratado que yo les contara algo de la señora Delgado o del señor Garzón" pero siempre se negó pese a que cree que ambos podían haber hecho más para sacarlo de prisión.
En una momento de la entrevista, Villarejo habla de su posible muerte para que más revelaciones salgan a la luz e insinúa, pero no confirma, que existen más copias de su archivo a lo largo del planeta. "En todo caso si las tengo o no de poco me vale porque por medida elemental de seguridad, mientras yo no vaya a recogerla no se la darán a nadie y salvo que yo me muera, eso imagino que no saldrá a la luz. Yo tengo asumido que están organizando mi suicidio, o sea, que no creo que pase mucho tiempo hasta que muchas cosas más salgan".
Sobre sus empresas, el comisario asegura que "servían de cobertura para adentrarme en temas de inteligencia económica" y asegura que nunca existió incompatibilidad porque "jamás mezclé mis actuaciones oficiales con mis actuaciones privadas, y la información que obtuve de actuaciones policiales jamás la rentabilicé".
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