La UEFA y la FIFA han sido los últimos actores en sumarse al último vodevil que representa el Barcelona, después de que trascendiera el pago del club catalán al exvicepresidente de los árbitros, José María Enríquez Negreira , mientras ostentaba su cargo en el CTA. Aunque Javier Tebas dejara claro que los cinco años transcurridos desde el último pago emitido por el club catalán imposibilitan castigar los hechos por vía de la ley del deporte española (las normativas del CSD y de la RFEF contemplan la prescripción de un posible delito de corrupción a los tres años desde que se comete), los reglamentos de FIFA y UEFA sí permiten actuar de oficio e investigar los hechos hasta 2028, ya que su plazo de prescripción es de diez años. «Todo indica que hay indicios, no que haya prueba o delito. Indicios que deberían investigarse. No queremos entorpecer la investigación, que terminará en unos meses. LaLiga no puede estar pasiva ante los hechos que están pasando. Hay indicios. Son hechos extraños y no habituales. El importe, los conceptos... Esto se tiene que aclarar», apuntaba Tebas el pasado viernes, al tiempo que la RFEF anunciaba la apertura de una investigación al club y al Comité Técnico de Árbitros para conocer más detalles sobre los pagos a Enríquez Negreira. FIFA, que ya castigó en el pasado al Barcelona con dos ventanas de mercado sin poder fichar por contratar menores de edad, podría aplicar el artículo 30.6 de su Régimen Disciplinario , por el que «se reserva el derecho de investigar, enjuiciar y sancionar las infracciones graves», que hacen referencia «al dopaje, el amaño de partidos y la discriminación». Además, hace hincapié en que «la promesa de ventajas» o de obtener un trato de favor aunque no se consume, ya sería considerada una infracción. El abanico de consecuencias recoge multas millonarias, retirada de títulos, deducción de puntos, descenso a una categoría inferior e incluso la expulsión de competiciones. Este último castigo también lo recoge la UEFA en su reglamento (artículo 4), por el que podría inadmitir al Barcelona en sus competiciones, pero para ello se debería probar que estas acciones del Barcelona con Negreira estaban destinadas a influir en el resultado de los partidos. Un artículo que genera inquietud después de que haya trascendido el contenido del burofax que el exárbitro envió al Barcelona amenazando con «destapar irregularidades». No sería la primera vez que FIFA y UEFA investigan de oficio amaños en ligas domésticas llegando a castigar de forma ejemplar a clubes y futbolistas. Aunque antes recabó pruebas. De todas formas, parece poco probable que FIFA o UEFA decidan entrar de oficio atendiendo a las explicaciones de diferentes abogados consultados por ABC. «Para que actuaran ahora FIFA o UEFA debería demostrarse algo. Todos sospechamos lo que hay , que se contrata a un vicepresidente de los árbitros para que con sus influencias modere los arbitrajes, pero es indemostrable. Estos organismos no pueden sancionar porque un club haya contratado a un vicepresidente del Comité. Para echarte de la Champions tienes que demostrar algo. Hay un conflicto de intereses y éticamente huele fatal, pero en sí mismo no es delito si no se está haciendo nada irregular», explica Jacinto Vicente , experto en derecho deportivo. «¿Influyó en los árbitros? O Enríquez Negreira se vuelve loco y confiesa que sí influyó o ¿cómo lo pruebas?», añade el letrado. Noticias Relacionadas estandar No Fútbol Xavi: «Somos el equipo más ofensivo que hay en Europa ahora mismo junto con el City» Sergi Font estandar Si Entrevista al expresidente del Barça Josep María Bartomeu: «Yo anulé el servicio de Negreira; Laporta le cuadruplicó el sueldo» Sergi Font Toni Roca , director del Sports Law Institute, avisa que la contratación de Negreira «no es ilegal si realmente se circunscribía a esos informes», pero advierte que «si detrás había otras intenciones con esos pagos, ahí ya sí que nos podemos mover en el ámbito penal». Roca añade que «nos podríamos encontrar un delito de corrupción de particulares si realmente el Barcelona no le estaba pagando por esos informes, sino que le pagaba por tener un trato de favor con los arbitrajes».
