PESTAÑA j22-osasuna-realmadrid-liga22/23 Contracrónica 6 Superado el soporífero fútbol del Real Madrid en la primera hora de juego en Pamplona, como un oasis entre la planicie, Federico Valverde galopó al contragolpe, recibió un preciso centro raso de Vinicius y silenció a El Sadar cuando el partido parecía condenado a la estabilidad. Celebraba feroz el uruguayo un gol que devolvía a los suyos la ilusión por la Liga; un gol que confirmaba su regreso a la felicidad después de meses de desazón y dudas tras la decepción charrúa en Qatar. Cierto es que el Mundial de clubes había reencontrado a ese todocampista que protagonizó los primeros compases ligueros con un cañón en la diestra, cuanto menos, revolucionario. Pero su actuación en la adversidad del estadio del Osasuna , una de esas plazas donde el gentío agobia y el balón quema hasta al más viejo del equipo visitante, sostiene su mejoría cuando se acerca la primavera, el momento decisivo de la temporada. En un partido de estrés y animadversión para el campeón de Europa frente a un equipo que muerde en la presión bajo el calor de su pueblo, un futbolista caliente como el 15 blanco encontró el caldo de cultivo idóneo para explotar sus características. Valverde bregó con la medular navarra, ganó mil duelos, ayudó sobremanera a Nacho en la derecha ante el hábil Abde y evitó más de un incendio junto a Camavinga , un adolescente que volvió a brillar desde el pivote. Noticia Relacionada Fútbol estandar No Vinicius echa agua al fuego de El Sadar Rubén Cañizares El brasileño asistió a Valverde en el 0-1, le anularon dos goles por fuera de juego y llevó el peso del ataque blanco Con una edad pletórica, 24 años, el de Montevideo vive su explosión como un jugador total que ya suma 12 goles en la presente temporada. Superada ya la apuesta con Ancelotti que le obligaba a marcar un mínimo de 10 tantos en el curso, el uruguayo agradeció así la confianza al italiano: «Aunque sea una apuesta entre ambos, un juego, esta presión que me ha creado juega un papel importante en mi cabeza. Hoy por hoy lo primero que hago es mirar al arco; se que el 80% de mis disparos pueden entrar».