“Su mamá tiene demencia vascular”. “Su esposo presenta síntomas de Alzheimer”. “Lo que su hermano padece es demencia frontotemporal, como la del actor Bruce Willis”.
Los tres son diagnósticos difíciles de recibir y comprender para muchos de quienes conviven en sus familias con algún ser querido con alguno de estos trastornos cerebrales, considerados todos enfermedades terminales de larga evolución.
El 16, 17 y 18 de marzo varios profesionales relacionados con la atención de estos pacientes ofrecerán un curso virtual dirigido a los familiares que cuidan seres queridos con algún tipo de demencia.
El primer paso de ese taller informativo será para acercar a los cuidadores a conocer las demencias, su evolución y cómo afectan a las personas y a sus familias.
Se le dará a los participantes herramientas para trabajar en la casa con su ser querido, y manejar comportamientos muy frecuentes, como la depresión y la ansiedad.
Es un taller con cupo limitado de 20 personas, por lo que hay que inscribirse en un enlace al cual puede tener acceso AQUÍ. También puede pedir más información sobre el costo del curso al siguiente número: 6186-7026.
Tres especialistas darán el curso de tres horas diarias, tres días: el 16, 17 y 18 de marzo, de 6 p.m. a 9 p. m. Serán la gerontóloga Jimena Mina, el terapeuta ocupacional Alexis Cruz, y la trabajadora social Cristina Blanco.
Informarse sobre este grupo de enfermedades facilitará la convivencia y el proceso de adaptación de padecimientos que son terminales, pero que, a diferencia de otros, se prolongan en el tiempo con secuelas que deterioran la autonomía para la vida diaria de quienes la padecen.
Demencias acorralan a miles de personas mayores de 60 años y a sus familias
Un dato del 2019, de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), estimaba entre 27.000 y 36.000 las personas mayores de 60 años con algún tipo de demencia en Costa Rica; principalmente Alzheimer (cerca de un 60% de todos los casos) y demencia vascular (20%).
Estos números son apenas una estimación que ubica entre un 5,5% y un 8% la población de adultos mayores que podrían estar afectados.
Estos enfermos desarrollan una enorme dependencia del cuido por parte otras personas, porque la evolución de su trastorno neurocognitivo les deteriora la memoria, la capacidad de aprendizaje y comunicación, y de hacer actividades cotidianas tan comunes como lavarse los dientes, bañarse o ponerse la ropa.
FUENTE: OMS. || w. s. / LA NACIÓN.