Kyrie Irving es fascinante. Su carácter impredecible esconde instantáneos impulsos conmovedores y deslumbrantes. Capaz de aparecer en el momento que quiere y cómo quiere, sólo él con el don de hacer una definición tan precisa y literal de
“genio”, el base volvió a soltar una de sus soberbias ráfagas de calidad en el último cuarto con 21 de sus 32 puntos para reinar en el desafío de la Gran Manzana con la victoria de los
Brooklyn Nets sobre los
New York Knicks (122-115). El talento especial de Kyrie es digno de la postal de Manhattan.
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