Cuatro años después de que la Federación de Luis Rubiales decidiese hacerse con el control de las competiciones de élite del futsal, en octubre de 2019, la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS) y su presidente, Javier Lozano, desarrollan una actividad muy diferente. Tras la sorprendente intervención federativa han pasado de gestionar la considerada mejor liga del mundo, con todo lo que ello conlleva, a la mera representación de los clubes que se han mantenido fieles a la asociación. Ahora, con el fútbol sala español estancado y profundamente dividido , mientras se agota su última temporada como dueños de los derechos televisivos de este deporte han apostado fuerte por lograr su profesionalización. Defienden que así el fútbol sala volverá a crecer, pero, de paso, también garantizarían su propia supervivencia y podrían recuperar el control. ¿En qué ha variado la labor de la LNFS en estos cuatro años? «Hemos cambiado la gestión por la supervivencia y la defensa. Ahora somos una organización a la defensiva, pendiente de ver por dónde nos van a venir los palos en las ruedas. Ya no somos proactivos sino reactivos, es una gran diferencia». Han sido tiempos duros, ¿llegó a pensar en abandonar? «No, yo vengo de la alta competición. La Federación lo hizo muy mal, entró como un elefante en una cacharrería, en ningún momento quiso negociar… Posiblemente si hubiera habido una voluntad de negociar, de acordar algo que se viera de verdad que era beneficioso para el deporte, se hubiera planteado. No habría habido ningún problema. Pero sabíamos de antemano, conociendo quiénes estaban detrás, que era un golpe de estado» ¿Por qué decidió la Federación asumir la gestión del fútbol sala? «Aquí hay un componente político, porque hay unos votos. La Federación los obtiene siempre, no hace falta destruir a una organización de más de treinta años para seguir teniendo la mayoría de los votos, pero esto va más allá. Es querer tener todo el control, porque como se ha visto con los años había determinados personajes que lo que querían era un puesto y un sueldo. Y había que eliminar a los que somos independientes para colocarse ellos, así de claro. Además coincidió con que nosotros llegamos al WiZink, que fue abrir la puerta al futuro: una industria que genera dentro de nuestras limitaciones un negocio importante, empezaron los millones, la repercusión… Se juntó un poquito todo y dijeron 'este juguete me gusta'». La LNFS aboga ahora por la profesionalización «La hemos solicitado formalmente al CSD, que nos recibió amablemente, amparado un poco en lo sucedido en otros deportes como el fútbol femenino o la ASOBAL… Entendíamos que teníamos muchísimos más argumentos, o por lo menos los mismos que ellos. La petición formal está registrada, nos recibieron para explicarles y ahora estamos a la espera. Nos dijeron que lo van a ver con cariño pero con tranquilidad, y conociendo el entorno cada uno hace ya su interpretación» ¿Qué aspectos positivos tendría esa profesionalización? «Allá por 2014 ya nos insinuaron desde el CSD, tras estar en varias Copas, que este deporte debía plantearse ser profesional, y recuerdo que le dije al antiguo Secretario de Estado que nos faltaban unos años, que estábamos en el proceso pero faltaba. Pienso que 2018 era el momento porque estábamos con todos los procedimientos engrasados, una dimensión inalcanzable en otros momentos, una referencia en todo el mundo en gestión, en tratar el producto… Conociendo esto desde sus inicios, desde que jugábamos 'futbito', todo lo que no es crecer es decrecer y en tres años y medio lo hemos podido comprobar. Y además la inercia no es muy halagüeña. La única posibilidad de dar un salto es ser profesionales, quedaríamos enmarcados en unas políticas en cuanto a recursos, comercialización y exigencias. Porque el dinero que se genera lleva unas exigencias mayores de profesionalización para los clubes. Yo creo que es la única solución para el futuro de este deporte» Esas exigencias son las que echan para atrás a algunos clubes «Dos de los clubes que se reunieron a escondidas con Rubiales en 2019 en un hotel de Atocha, un poco para planificar esta ruptura, ya me habían dicho 'como seamos profesionales, por el tamaño de mi ciudad, por los recursos que puedo lograr… lo voy a tener muy difícil'. Yo les respondía que creo más que en el tamaño en la calidad, y eso depende de los gestores, independientemente de que estés en una ciudad de 50.000 o de 500.000. Depende de tu gestión y de tu rigurosidad, de la capacidad que tú quieras tener de ser transparente, de estar unido al futuro… y para eso siempre tuvieron y tendrán la ayuda de la LNFS» Es evidente que la profesionalización también traería beneficios a la LNFS, que podría recuperar la gestión del fútbol sala de élite «Sí, pero al final la LNFS es una asociación de clubes. No es que seamos un ente abstracto, somos un órgano que representa la voluntad de los clubes, un órgano protector e impulsor de los clubes. Estos ya tuvieron una época hace años en la que decidieron gobernarse solos y fue un desastre. Ellos mismos tuvieron que decir que había que crear una organización con gente sin intereses personales en ningún club para que el bien común siempre prevalezca ante los intereses particulares. Ahora parece que hemos vuelto otra vez a lo particular» Profesional o no, ¿el fútbol sala ha llegado a un punto de no retorno? «La estrategia era generar división. A determinadas personas e instituciones les va bien esta división. Es mucho más fácil dar prebendas a cuatro que a los dieciséis. Pero a la ASOBAL le pasaba lo mismo y fueron capaces de unirse y regenerarse porque vieron que el camino que habían tomado les estaba llevando pobreza a todos, incluso a los que se fueron de la asociación». Para muchos este deporte atraviesa uno de sus peores momentos «Al final esto es un goteo… Para mí siempre ha sido muy importante ir más allá de la opinión de nuestro círculo endogámico. Un deporte no puede crecer si no rompe eso y amplía su círculo social. Yo me sigo viendo con empresas, intento estar al día de hacia dónde va el futuro, para estar preparado, y todo el mundo te transmite lo mismo, que se ha pinchado el globo. Y eso los últimos en verlo somos el círculo endogámico. Todos hemos visto la última Supercopa y la imagen que transmitimos… Se va deteriorando y ahora vemos un deporte funcionarial, que va saliendo y punto. No es que salgan las cosas, es cómo salgan. Cuando yo era entrenador lo importante no era ver lo que pasaba en el campo sino saber por qué estaba pasando. Si sabes eso puedes buscar soluciones. Ahora aquí se ve lo que pasa y se va cumpliendo. Yo hace dos años hablaba con una empresa importante que quería invertir porque se había quedado con la imagen del 2018 en el WiZink, pero cuando les contaba la verdad, el dinero se va. El dinero tiene muchas ofertas hoy día para invertir» ¿Cómo valora un gestor como usted el trabajo de la RFEF? «Si soy sincero va a parecer que lo hago por despecho y creo que solo hay que juzgar lo que opina la gente. Si quieres nos metemos en cuestiones profesionales, temas de procedimientos, de difusión, de cuidado de los detalles… son muchas cosas en los que la RFEF quedaría en evidencia. Nosotros no habríamos organizado una Supercopa en un pabellón como el de Alzira, ojo con mucho respeto a esa ciudad, pero con ese tiro de cámara casi a ras de suelo… Ya no te hablo de que los clubes el año pasado en la Copa los niños tuvieron que pagarse el viaje, el alojamiento, todo, de que los equipos tengan que pagarse el hotel, que no pueden estar todos en el mismo hotel porque se eligen ciudades donde no hay esa infraestructura hotelera. Al final nosotros lo que buscábamos era un poco cubrir todos los detalles para transmitir una imagen de futuro, de modernidad, de profesionalismo y de apuesta. Porque al final cuando tú vas a vender un proyecto a una empresa al final es importante que les transmitas dónde quieres ir. Más que por lo que eres la gente apuesta por ti por lo que puedes llegar a ser. Para vender se necesita cariño, convicción hacia lo que vendes. Cuando llegas pidiendo euros, no. Se nota mucho el deterioro». Hay quien cree que la LNFS también tiene parte de culpa «Podría aceptar esa opinión si me dan datos, porque a lo mejor los rebatimos. Mi debate no es ese, mi debate va en una mesa con datos, con argumentos. Posiblemente hayamos cometido errores, sin duda, pero son errores de crecimiento, por intentar nuevas cosas. Evidentemente, a lo mejor mucha gente no lo entiende, por ejemplo el tema de los medios que se nos quedaron fuera en el WiZink, donde hubo trescientos acreditados y más de cien quedaron fuera, pero es que tienes que hacer un escalafón, una selección. Claro, dirán, pero nosotros teníamos un criterio por lo que podían aportar a nuestro deporte. Pero entrar en ese debate no nos interesa» ¿Uno de los problemas del fútbol sala puede ser el carácter tradicionalmente popular que ha tenido este deporte? «Todos queremos la profesionalización por los beneficios pero nadie está dispuesto a hacer el sacrificio necesario. No se puede mejorar haciendo lo que hacías cuando era 'futbito'. Recuerdo que cuando llegamos a la LNFS en la Copa empezamos a cobrar y todo el mundo decía '¿Yo? ?Pagar por el fútbol sala con lo que he hecho?'. Todos tenemos muchos derechos, pero realmente el que quiere al fútbol sala paga, pero claro, luego tiene que ver las mejoras. Para acceder a grandes ciudades nuestro canon era muy pequeñito porque buscábamos una ciudad y un pabellón grandes, servicios importantes, y luego ya dependía de nuestra gestión generar ingresos. Yo no puedo llegar a una ciudad y pedir 250.000 euros para no tener esa tensión de tener que generar. A nosotros nadie nos daba dinero, teníamos que generar por todos lados y además reinvertir, y por eso los eventos eran especiales, experiencias inolvidables. Siempre hay gente que me decía que cobrábamos por un espectáculo de cuatro días mucho menos que otros que duraban dos horas, pero claro, esa gente no protesta, no genera ruido. A mí lo que me interesa es la crítica objetiva y documentada». Javier Lozano, en la sede de ABC Ernesto Agudoi ¿Qué hay de cierto en que la raíz del conflicto LNFS-RFEF está en la enemistad entre usted y José Venancio López, su sucesor en la selección? «En principio, a mí Venancio me debe todo. Porque él era un entrenador anónimo en Castro-Urdiales y un dirigente vasco me dijo que le echase una mano y le dimos cobijo en una de las selecciones nuestras. Luego le ayudé cuando Caja Segovia me pidió un técnico nuevo no conocido y aposté por él, luego en la selección de Guatemala, en Santiago también… y luego en mi sustitución. Creo que algo he hecho por él. Es verdad que luego se transformó cuando adquirió el poder y es un tema que nunca he llegado a entender. Y sí que se generó un deseo de matar al padre. Pero eso para las personas normales y los que dirigen instituciones debe ser una anécdota porque los intereses de la institución están muy por encima de filias y fobias, porque si no estamos rebajando un deporte y unas instituciones a Puerto Urraco, donde se arruinan sus vidas y matan por unos celos, unos egos… ¿Qué ocurre? Que a él le han utilizado con ese odio porque alrededor se ha montado una causa donde al final el tiempo no lo ha demostrado, lo único que buscaban en la Federación era 'quitaros, que queremos vivir nosotros de esto'. Y de algunos personajes que ahora están colocados y que han sido los fontaneros. Esa es la cruda realidad. Si tú te elevas como institución el tema personal no tiene por qué influir». Los que dicen que la situación se arreglaría si ustedes dieran un paso a un lado están entonces equivocados «Eso es un cuento chino. A él le han utilizado y lo está padeciendo, y ha sido el relato que ahora está de moda para hacer un golpe de estado, para colocarse determinada gente para vivir de esto, porque esto es bonito y porque tenía muy buenas perspectivas. Es demasiado simple para ser verdad». Este verano la LNFS perderá los derechos televisivos, su principal fuente de ingresos «Nosotros somos la voluntad de nuestros clubes, pero ya se ha definido. Vamos a seguir como asociación aunque no tengamos la competición, aunque se acaben los derechos… Mientras que exista la voluntad de un solo club vamos a continuar. A la espera de tiempos mejores o de que cambien las cosas, que en esta vida y en estos momentos de tanta inestabilidad asegurar lo que va a ocurrir mañana es casi un ejercicio de funambulismo». ¿Y qué futuro espera a Javier Lozano? «No merecía el trato que he recibido, más que nada por todo lo que hecho por este deporte, con mis errores, que seguro los he cometido. Pero he aportado muchísimo, he sido una de las efigies de este deporte, uno de los altavoces, uno de los apóstoles. Hay otra mucha gente, pero yo he sido uno de ellos. No se puede tener el ensañamiento personal que se tuvo. Eso sí que implica que no solo había una causa política sino que detrás había un odio personal de tres personajes… que no dejan de ser carencias personales cuando se ven en el espejo de Javier Lozano. Pero eso una institución como la Federación jamás lo debería haber permitido. Eso Villar lo manejaba de forma espectacular. Sabía de las diferencias personales entre Venancio y yo y siempre pasó de ello como representante de una institución. Eso lo hace gente con un sentido institucional y con una visión elevada. Si bajas al barro, sales con las escopetas a matar a los que piensan diferente o te molestan porque solo con verles reflejan cosas que no te gustan o bien que te gustaría ser». Imagine que la LNFS recupera algún día la gestión, ¿podría trabajar con normalidad con quienes considera que le han tratado así? «Por supuesto que sería fácil. Primero porque si hay una liga profesional tendría que haber un proceso. Javier Lozano no será el presidente a no ser que sea elegido. Y en segundo lugar porque sería un proyecto común, del fútbol sala, no de una persona o de un club. Igual que el fútbol femenino ha sido un proyecto de país, el fútbol sala sería un proyecto de deporte. Esté quien esté, el único futuro es ser profesional, el resto será volver a una liga local, con más medios y otras cosas, pero en su concepto será una liga cada vez más local». Noticias Relacionadas estandar Si Futsal «Desde hace años estoy preparando el después, porque salimos de aquí con un mercado laboral que es cero» Miguel Zarza estandar Si Futsal La encrucijada del fútbol sala: cuando la táctica ahoga al espectáculo Miguel Zarza Coincide esto con cierta crisis del juego. La táctica ahoga al espectáculo y a veces provoca partidos algo aburridos «El juego ha cambiado mucho, hay un debate entre los entrenadores, pero ahí no voy a entrar, soy observador, porque toda la vida seré técnico y tengo mi propia opinión, pero no quiero meterme donde no me llaman. Pero sí te digo que España sigue trayendo buenos jugadores, no a los top porque hay otros mercados con más dinero, pero seguimos teniendo esa inercia de que esta es una liga que para el jugador es muy divertida, está organizada, con pabellones con afición, hay cierta seguridad económica salvo algunos casos para los que hay soluciones y mecanismos. A nivel mundial el fútbol sala en tema de ligas es muy flojo, pues hay muchas ligas pero aficionadas, sin derechos básicos, sin una política audiovisual… Pero nuestra inercia nos da igual que con la selección, que ganamos todo y la inercia nos llevó a aguantar unos cuantos años hasta que llegó la realidad. Portugal, que ahora brilla, me llamó en 2011 o 2012 cuando estaban haciendo un plan estratégico. Se plantearon dar un cambio radical a su modelo para ser lo que ahora son. Y al final el trabajo organizado y con paciencia da sus frutos. Están haciendo las cosas con mucho sentido y mucha paz… porque allí pasó lo que aquí, pero se negoció con todas las partes, se creó un proyecto común, a nadie se le dejó fuera… y no hubo el sentido Montesco-Capuleto que ha habido aquí». ¿Como representante de los clubes acudirá a la Copa de España? «A mí no me invitan ya hace unos años y aún así no sé si podría ir, pero yo no voy donde no me invitan»
