P: A medida que envejezco, me cuesta cada vez más trabajo conciliar el sueño y mantenerme dormido. ¿Por qué ocurre eso?
Por Alisha Haridasani Gupta / The New York Times
Traducción del inglés al castellano por Clarín
R: Abhinav Singh, director médico del Centro para Problemas del Sueño de Indiana y profesor del Sueño en la Facultad de Medicina Osteopática de la Universidad Mariana, prefiere contestar esta pregunta con una analogía.
Pensemos en nuestra capacidad de dormir como si fuera un automóvil, dijo.
Conforme envejece y acumula kilómetros, empieza a descomponerse; cada vez requiere más reparaciones y su marcha se vuelve menos fluida.
Lo mismo sucede con nuestro sueño, comentó Singh.
Los investigadores han descubierto que la calidad del sueño sí se deteriora un poco con la edad; en comparación con los adultos más jóvenes, es más probable que los adultos mayores tarden más tiempo en quedarse dormidos, despierten con mayor frecuencia durante la noche y pasen más tiempo dormitando durante el día.
Asimismo, su fase de sueño profundo y reparador, el cual ayuda al desarrollo y la reparación de hueso y músculo, fortalece el sistema inmunitario y ayuda a que el cerebro reorganice y consolide los recuerdos, dura menos tiempo según explicó Singh.
Con la edad, añadió, también se desequilibran los niveles de melatonina, mismos que tienen una participación importante en los ciclos de sueño y vigilia.
Entonces, no sorprende que cuando los investigadores estudiaron a más de 9000 personas de 65 años y mayores en un importante estudio publicado en 1995, descubrieran que el 57 por ciento de ellas reportaron al menos un problema relacionado con el sueño en un periodo de tres años.
Entre estos estaban la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormidas, despertar demasiado temprano, sentirse cansadas y dormitar durante el día.
En un estudio diferente, publicado en 2014, los científicos descubrieron que un poco más de la mitad de los 6050 adultos mayores estudiados tuvieron uno o dos de los síntomas de insomnio a lo largo del último mes.
Las investigaciones revelan que por lo general es más probable que las mujeres, en comparación con los varones, reporten una peor calidad de sueño.
Y, de acuerdo con el Instituto Nacional para el Envejecimiento, el sueño comienza a empeorar para ellas a una edad más temprana en la vida, casi siempre durante la transición a la menopausia (o los años previos a ella), la cual normalmente inicia entre los 45 y 55 años.
La verdad es que nadie lo sabe con certeza.
“Estamos apenas comenzando a entender por qué sucede todo esto”, señaló Luis de Lecea, profesor de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en la Universidad de Stanford.
Una explicación podría tener que ver con el envejecimiento del cerebro.
En un estudio publicado en febrero, De Lecea y su equipo descubrieron que un grupo específico de neuronas que son responsables de la vigilia se estimulaba de más en los ratones viejos, lo cual trastornaba sus ciclos de sueño.
“Es probable que este cambio también ocurra en los seres humanos”, comentó, debido a que la región del cerebro que regula el sueño en los ratones, llamada hipotálamo, se parece a la de los seres humanos.
(Por razones prácticas y éticas, muchos estudios sobre el sueño se llevan a cabo en ratones).
Los investigadores también descubrieron que con el envejecimiento, se deteriora en los ratones el núcleo supraquiasmático, otra región del cerebro que regula los ritmos circadianos del cuerpo.
Esto trae como resultado algunos trastornos del sueño que incluyen problemas para conciliar el sueño en horarios fijos.
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