Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP Código APP Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP Código APP Sevilla se prepara para celebrar el Nacimiento de Cristo y el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, se ha dirigido a los fieles de la Archidiócesis a través de la cuenta diocesana en youtube. «Navidad es algo tan grande, tan profundo, tan bello, que sólo me queda pedir a Dios que nos conceda vivirla con la intensidad necesaria. Santa Navidad a todos», destaca el arzobispo. Así pues, son muchos los sevillanos que este sábado asistirán a la misa del gallo . Numerosas parroquias y templos de la archidiócesis abren sus puertas el día 24 de diciembre para celebrar esta vigilia eucarística recogida expresamente en la liturgia de la solemnidad de la Natividad del Señor. La misa del gallo es una venerable tradición piadosa que se ha conservado durante siglos y, en los últimos tiempos, ha ganado incluso terreno. En realidad, el día de Navidad -que conmemora el nacimiento del Verbo encarnado de María virgen por obra y gracia del Espíritu Santo, como se reza en el credo- tiene tres misas solemnes , según las horas del día en que se oficia. También sucede así con la misa de Resurrección, la fecha más solemne del calendario litúrgico cristiano aunque los cultos a lo largo de la historia no lo hayan subrayado lo suficiente, al menos en el ámbito católico. Las tres misas de Navidad son la de medianoche, la de la aurora y la del día . Cada una debe celebrarse a su hora litúrgica sin posibilidad de intercambiarlas. A la primera, la de medianoche, se le llama la del gallo porque el Papa Paulo III instituyó que esa vigilia se celebrara inmediatamente después del canto del gallo , que era la forma en que se tenía conocimiento del paso del tiempo hasta la difusión de los relojes en la Edad Moderna. El horario ha ido variando a lo largo del tiempo y la misa de medianoche, que es su nombre oficial en el misal romano, puede adelantarse unas horas , como de hecho el Papa incluso en la basílica de San Pedro . Hay incluso parroquias de Sevilla donde se celebra desde las siete de la tarde, lo cual está permitido siempre que se anuncie como misa del gallo y no como misa de la feria privilegiada que es el 24 de diciembre, que es la misa de ordinario de la víspera de la Navidad. La misa de la aurora es la conocida como de los pastores , por suponerse que se oficia a la hora temprana en la que quienes cuidan de los rebaños se han puesto en pie y comenzado su tarea al rayar la aurora, a primerísima hora de la mañana. Finalmente, la misa del día en la solemnidad de la Natividad se celebra en el horario establecido durante la jornada. Hay que recordar que históricamente, el ayuno eucarístico se imponía a los comulgantes desde la noche antes por lo que las misas se oficiaban en horario matutino para así poder desayunar después del servicio religioso. En la actualidad, el canon de la Iglesia establece una hora de respeto sin ingerir alimento antes de la comunión. Las tres misas de Navidad (la de medianoche o del gallo, la de la aurora o de los pastores y la del día) se diferencian por las lecturas y así viene recogido en el leccionario para los tres ciclos litúrgicos (A, B y C) en que se dividen los domingos y fiestas de guardar del año. En la misa del gallo se toma para el Evangelio el de Lucas donde se relata el nacimiento en Belén de Judá del Niño Jesús y el anuncio de los ángeles a los pastores en campo abierto. En la misa de la aurora se toma precisamente el versículo 15 del capítulo 2 de San Lucas donde se lee la respuesta de los pastores que pasaban la noche al raso y se convirtieron en los primeros en adorar al Mesías. En la solemnidad de la misa del día, el Evangelio que se proclama es el de San Juan , mucho más profundo y teológico que el descriptivo de Lucas. Es el arranque del libro, a modo de prólogo, del evangelista que murió en Patmos: «En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios». También cambian las lecturas . La primera, del profeta Isaías en los tres casos y la segunda, extraída de las cartas a Tito (misas del gallo y de los pastores) y a los Hebreros en el caso de la misa solemne del día. También hay variaciones en las oraciones propias de la misa: la antífona de entrada, la colecta antes de la Palabra, la oración sobre las ofrendas, la antífona de comunión y la después de la comunión. El ordinario del misal romano también establece posibles opciones en las partes invariables como las plegarias eucarísticas tras el prefacio.