El mercado de la vivienda está sujeto a constantes vaivenes, que motivan que los constructores y los usuarios opten cada vez más por soluciones originales para disponer de una casa donde desarrollar su vida.
Así, podemos encontrar ejemplos como las viviendas de paja, una solución que además tiene un componente de respeto al medio ambiente que la convierte en una alternativa atractiva ante otras configuraciones más convencionales.
El portal especializado en vivienda Idealista recoge en un reportaje el caso de un propietario y constructor que explica los detalles de esta opción.
«La paja es un material de proximidad. Es un desecho de la recolección del grano y el único proceso al que se le somete para su uso es su compresión en forma de alpacas, por lo que no emite prácticamente CO2. Todo esto tiene un impacto mínimo en el medio ambiente», dice Óscar Fontecha.
«Además, su precio es muy bajo, de unos dos o tres euros por alpaca», añade. «En unas cuatro semanas, hemos levantado la primera planta entre mi mujer y yo, trabajando en la obra en nuestros ratos libres, por las tardes y fines de semana. Solo nos queda terminar el tejado y la parte bajo cubierta«, dice Fontecha.
«Trabajamos en las horas de menos calor y, con la ayuda de un botijo, construimos una cimentación tradicional de hormigón armado en mes y medio», dice el propietario a Idealista.
¿Y el precio? La vivienda de Óscar, de dos pisos, cuenta con unos 95 m2 construidos (75 m2 útiles) en cada una de sus plantas: un salón comedor con cocina abierta de 43 m2, dos dormitorios, un baño y un vestíbulo con escalera para subir a la buhardilla: «El presupuesto de esta casa es de 75.000 euros, aunque probablemente ascienda a 85.000 euros», dice Fontecha.