Con el objetivo de informar y concientizar sobre este derecho humano, la Asamblea de las Naciones Unidas proclamó un 4 de diciembre de 2020, que cada día 18 –del mismo mes- se conmemoraría el Día Internacional del Migrante. Al respecto, integrantes del consejo directivo de la Cátedra de Racismos y Migraciones Contemporáneas de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile, comentaron esta fecha, la que según indicaron, permite reflexionar en torno a los discursos racistas que han predominado en el último periodo.
Creada en abril de 2018, la Cátedra Racismos y Migraciones Contemporáneas, surgió con el objetivo de marcar una presencia permanente en torno a los debates que surgen en el país sobre la cuestión migratoria, como también respecto a la actitud de la sociedad chilena, teniendo en cuenta el lugar que tiene la Universidad de Chile en los procesos de transformación de la sociedad chilena.
En ese sentido, integrantes de su consejo directivo, reflexionaron en torno a la relevancia de esta fecha, los avances que se han identificado en cuanto a la política migratoria y la percepción que manifiesta la sociedad chilena frente al fenómeno de la migración.
Para la coordinadora académica de la cátedra, Ximena Póo, hoy Chile conmemora el Día Internacional del y la Migrante “a partir de un momento histórico, donde la migración intrarregional latinoamericana y caribeña ha sido importante en los últimos años hacia el país, en donde se han exacerbado los actos racistas y xenofóbicos”.
Representando la voz de las organizaciones de la sociedad civil, el vocero del Movimiento de Acción Migrante, Eduardo Cardoza, señaló que Chile recibe este día “con los sectores de derecha impulsando en el Parlamento medidas más restrictivas que las existentes e insistiendo en las políticas fracasadas de sus cuatro años de gobierno, que generaron tanto daño al país y a la migración”. A esto, agregó como información los 500.000 trámites pendientes y las más de 127.000 personas en situación de irregularidad. Para Cardoza esto es responsabilidad de “un sistema virtual que por su ineficiencia se transformó en barrera contra toda regularidad, un sinnúmero de trámites judiciales pendientes por no cumplimiento en fecha y otras innumerables disfuncionalidades”.
En ese sentido, la académica del Centro de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho, Rita Lages, sostuvo que le gustaría decir que el 18 de diciembre es una fecha de celebración. Sin embargo, opinó que “todavía estamos lejos de ello”, debido a que aún hay mucho que mejorar respecto de la situación de las personas migrantes en Chile.
“Son todavía cientos las personas que esperan obtener una respuesta de las autoridades a sus solicitudes de residencia; o que están obligados a aceptar condiciones de trabajo y de vivienda muy precarias o la situación de muchos NNA migrantes que van a la escuela. Por esa razón, el día internacional del migrante es fundamentalmente una fecha para denunciar la violencia, la discriminación y el racismo que enfrentan las personas migrantes en Chile y en el resto del mundo”, dijo Lages.
En palabras del integrante de la División de Población de la CEPAL, Jorge Martínez, la conmemoración de esta fecha “es mundial, regional, nacional en muchos países de la región, organizada en varios países por los gobiernos, incluyendo locales, con participación de organizaciones de base y organismos internacionales. En Chile esto no ocurre mayormente, no ha habido conciencia de lo que significa esta fecha. Y quizás solo sea parte de algunos sectores involucrados. Podría haberse esperado algo más”.
Respecto a los procesos de discusión levantados por el actual Servicio Nacional de Migraciones, Ximena Póo, advirtió que “no existe una política migratoria que, si bien se está preparando al interior del gobierno y con participación de muchas organizaciones en la discusión, organizaciones civiles, academia, etcétera, aún no conocemos ese contenido y esperamos que Chile se dé una política migratoria acorde con el Pacto Mundial de Migración, por una migración ordenada, segura y regular, con enfoque de derechos”.
Mencionando el contexto político en cuanto a migración que vive en Chile, la profesora Póo indicó que la política migratoria se ha basado solamente en una doctrina de securitización, “donde la seguridad tiene que ver con que, si la persona que llegada a Chile ha entrado en forma regular o en forma irregular por pasos habilitados o por pasos no habilitados, es decir, es una política muy fronteriza. Al mismo tiempo, eso hace que ingresen también mafias transnacionales al no existir un orden y muchas personas quedan sin posibilidad de entrar, siendo que son personas necesitadas, dadas las crisis económicas, sociales, políticas, ambientales por las que han atravesado”.
Ante esto, expuso que “Chile debe modernizar su política de refugio acorde con los tratados internacionales, ya que hay muchas personas que ingresan a Chile pudiendo solicitar refugio y asilo y eso ni siquiera lo conocen, no conocen las posibilidades. Por lo tanto, se necesita avanzar en una política con enfoque de derecho, con enfoque de empleos dignos en el país”.
En esa línea, la abogada experta en Derecho Internacional, Rita Lages, agregó que la entrada en vigor de la nueva ley en febrero de este año “ha implicado la obligación de crear una política migratoria, de la responsabilidad del Presidente, en base a determinados objetivos fijados por la propia ley y que consideran tanto el interés del Estado chileno, como los derechos de las personas migrantes”. La académica, además, comentó que entiende “que estamos aún en la fase de diseño de dicha política. Lo que espero es que todas las fases de la nueva política de migración (diseño, implementación, gestión y evaluación) sean participativas en el sentido de permitir la participación efectiva de la sociedad civil, desde luego en el ámbito del Consejo de Política Migratoria, pero no exclusivamente”.
Para el académico de la Facultad de Ciencias Sociales, Fernando Campos, la política migratoria “ha mostrado deficiencias como es el caso del no reconocimiento de la migración estudiantil, académica y, claramente, con una incapacidad de cumplir con los acuerdos internacionales sobre refugiados en un tiempo razonable respecto de la premura con que viven las personas. De igual forma, la criminalización de la migración en condiciones de pobreza es un desafío central”.
Al reflexionar en torno a la percepción del racismo en la sociedad chilena, para Campos “los discursos racistas y, también, los que acrecientan las trabas a la integración o competencia entre nacionales y extranjeros se han acrecentado”. Ante esto, advirtió que “esta situación es alarmante porque genera un espacio para los discursos de odio y las prácticas violentas asociadas a esta narrativa”
Asimismo, el vocero de la Red de Organizaciones Migrante y Promigrantes, Eduardo Cardoza, en Chile se ha evidenciado una criminalización de la migración, la que ha llevado a sembrar miedo en la población. “Como lo utilizó Trump en los Estados Unidos, se intenta mantener por los sectores citados, sobre todo en el norte escondiendo que las bandas de delincuenciales internacionales se las dejó entrar y situarse en el interior del país en el gobierno pasado y han dañado antes que a nadie a las propias personas en movilidad humana y luego a la población en general. Pero vincular migración con delito internacionales es como decir que internet es delictual porque hay malas personas que delinquen perjudicando a usuarios jaqueando sus cuentas”.
Así, Cardoza problematizó el ambiente xenófobo “impulsado desde las elites y la prensa hegemónica durante cuatro años, cuando los flujos migratorios se desarrollaron con mayor intensidad o aun hoy, las organizaciones sociales migrantes y promigrantes siguieron atendiendo a las personas buscando facilitarle información para su regularización, orientando trámites, buscando suplir las ausencias del Estado para facilitar lo antes posible su inserción laboral”.
