Netflix volvió a dar en el blanco con Harry & Meghan. La docuserie apenas se estrenó el jueves, pero la pareja ya se convirtió en tendencia en las redes sociales, pues desde que renunciaron a su lugar dentro de la familia real, causa mucha curiosidad el conocer cómo viven ahora que llevan una vida relativamente “normal”, por lo que una experta en lenguaje corporal estudió su comportamiento frente a la cámara, ¿qué opinó?
Se trata de Judi James, una reconocida experta en lenguaje corporal, quien analizó los movimientos y expresiones de la pareja, en la búsqueda de adentrarse en su psicología. James, quien desde hace muchos años analiza el lenguaje corporal de figuras políticas en épocas de elecciones, se sentó a observar los tres primeros episodios de Harry & Meghan, llegando a algunas conclusiones contundentes.
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Una de las más sorprendentes fue que la experta expresó que Harry, de 38 años, aún guarda una carga fuerte de ira y luto por la muerte de su madre, la princesa Diana, la cual era muy evidente, al menos, en la proyección de la primera parte de la docuserie.
Otro de los aspectos en que la también comunicóloga reparó fue en la visible ansiedad que invadía a Harry, cuando él y Meghan hablaron de su primera cita, a tal grado que Judi indicó que, en ese momento, adopta el comportamiento de un niño pequeño, debido a que proyectaba temor de que Meghan, de 41 años, lo abandone, un miedo que, detalló, es constante en su relación.
“El miedo de Harry de perder a Meghan parece constante, lo que sugiere el tipo de amor intenso que incluye altos niveles de ansiedad”, dijo al sitio de noticias Femail. Por ende, James sugirió que Meghan parecía fungir como la figura dominante en la relación, pues sus movimientos y su expresión verbal connotaban más seguridad y fuerza que la que Harry proyectaba.
“Meghan parecía la pareja confiada aquí, describiéndose a sí misma como teniendo una ‘carrera’, una ‘vida’ y un ‘camino’ y agregó ‘luego vino H(arry)’ con un tolerante giro de los ojos y un suspiro mientras apretaba los labios y sacudía la cabeza, para sugerir cómo él había interrumpido su vida libre, divertida y exitosa”.
Otro de los contenidos que la experta analizó fue el video que Harry filmó cuando, en el 2020, emprendieron el viaje que los distanciaría de la familia real, por lo que Judi estimó que, en ese instante, experimentaba una serie de emociones que sugerían que acababa de presenciar un terrible desastre, pese a que su intención es mostrarse “emocionalmente crudo” ante la situación.
“(Mostró) altos niveles de estrés o ansiedad; y señales de confusión mental”, destacó. “Su respiración y su parpadeo acelerado sugieren estrés alimentado por adrenalina. Sus rellenos verbales y sus pausas, además de su gesto de sacar la lengua, insinúan negación y, en general, parece un hombre que todavía está en estado de shock”, dijo Judi.
Además, James estimó que Harry no tuvo temor de demostrar la tristeza que le produce recordar crisis vitales dentro de su vida, sobre todo, cuando habla de episodios como su niñez y la muerte de su madre, asegurando que en la entrevista donde habla en solitario, muestra a un hombre que continua de luto por este acontecimiento que tuvo lugar hace 25 años.
“Hubo varios momentos de lágrimas por Diana, pero se escucharon en los quiebres de su voz en lugar de verlos en la cámara”, mencionó. Finalmente, la experta rescató que también hubo momentos en que Harry fue determinante, al declarar con seguridad que seguía siendo el hijo de Diana, así como cuando habló del parecido que encuentra entre la personalidad de su madre y su esposa.
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