Es el único campo de futbol sobre el mar del mundo y su historia una de las más románticas del panorama deportivo, un hito que los niños de la isla de Panyi hicieron realidad en 1986. Viajamos hasta la Bahía de Phang Nga, en el mar de Andamán, conocida por el color de sus aguas, los islotes kársticos que brotan del mar y las playas paradisíacas del sur de Tailandia.
El equipo de fútbol de Panyee CF es uno de los más laureados del País de la Sonrisa, pero no siempre fue así. Esta es la historia de los niños de la isla de Koh Panyi. Nos remontamos 200 años, cuando el islote fue habitado por musulmanes llegados desde Malasia. Aquellos nómadas en busca de un buen caladero de pesca levantaron sus casas de madera sobre el agua ya que el peñón no tiene espacio de tierra construible y cuenta con una altura considerable, como casi todos los islotes de Andamán.
En 1986 los niños de Koh Panyi se reunían para ver juntos el mundial de México en una de las pocas televisiones de la aldea flotante. Soñaban, como cualquier otro niño de su edad, con sus ídolos, pero, sin embargo, ellos no podían jugar al fútbol. Cargados de ilusión y con muchas ganas de chutar balones crearon un club de fútbol. Sus mayores pensaron que era imposible y una locura construir también un terreno de juego sobre el mar, pero dejaron a los niños seguir soñando. Inquebrantables al desaliento, con tablones de madera, clavos y llenos de ilusión, levantaron su campo de futbol flotante.
Comenzaron a entrenar hasta conseguir participar en el torneo juvenil Phanga Cup y ante el desconcierto de muchos, descalzos y sin equipación adecuada, llegaron a semifinales. A partir de entonces comenzaron a destacar en otras competiciones, y del 2004 al 2011 fueron siete veces consecutivas campeones de la liga juvenil del sur de Tailandia. Aún hoy prefieren seguir jugando descalzos, aunque ya cuentan con buenos equipos deportivos y dos campos de fútbol flotantes elaborados con mejores materiales. Pero su historia es una de las más bonitas del deporte mundial, símbolo de la superación y del trabajo en equipo.
La isla de Panyi es más bien un gigantesco peñón entre naturaleza exultante e insultante, jamás estaría habitada de no ser por aquellos nómadas pescadores que desafiaron al mar. Resulta pintoresca y diferente e invita a caminar por sus callejones flotantes entre secaderos de pescado y flores de plástico. Rodeada de islotes, forma parte del Parque Nacional de Ao Phang Nga, el segundo Parque Nacional marino del país.
Un escenario tan único tenía que ser inmortalizado por el cine. En 1974, muy cerca de Koh Panyi, el agente británico 007 convirtió en icono el farallón de Koh Khao Kan, más conocida como Koh Tapu o directamente la isla de James Bond tras el rodaje de “El hombre de la pistola de oro”. Un destino mítico y romántico, donde es posible practicar deportes acuáticos o descansar en ambientes más tranquilos y playas coralinas como las de la isla de Yao Yai. turismotailandes.com
