No hay muchas estrellas de cine con acondroplasia y Gary Friedkin no era tan conocido como Peter Dinklage ('Juego de tronos') y Warwick Davis ('Willow'), con quien compartió el papel de ewok en 'El retorno del Jedi'. En realidad, Friedkin quería ser batería, también tocaba el piano y estudió contabilidad en Yale, por si acaso. Incluso trabajó como agente inmobiliario, pero sin ser un actor popular acabó participando en películas tan importantes como la citada de la serie dedicada a las guerras galácticas y en 'Blade runner', sin acreditar. El pasado viernes falleció debido a las complicaciones de salud causadas por el Covid, según anunció su familia.
También actuó en la versión de 'Blancanieves' de 1970, en la que era uno de los siete enanitos (medía 1,22), y en un par de películas de Garry Marshall. Su último título en la pantalla fue precisamente 'Feliz día de la madre' (2016), al lado de Julia Roberts y Jennifer Aniston.
Décadas antes, en 1982, ya había trabajado con el director de 'Pretty Woman' en 'Los locos del bisturí', aunque su primera colaboración es televisiva, en tres episodios de 'Días felices', una serie de enorme éxito que estuvo más de una década en antena, entre 1974 y 1984. En la tele, Friedkin también trabajó en 'Más allá de los límites de la realidad', 'El abogado', 'Chicago Hope' y '10-8: Officers on Duty'.
Friedkin, el primero por la izquierda, fue uno de los siete enanitos en la versión de 'Blancanieves' de 1970 -
En el mejor obituario que se ha escrito sobre Friedkin, en el 'Tribune Chronicle', cuentan que fue descubierto en California, en una convención para 'gente pequeña'. Se había trasladado desde su Ohio natal con la intención de triunfar en la música, pero un productor de cine se le acercó y le cambió la vida. Su debut, 'Debajo del arcoiris', película vagamente inspirada en el rodaje de 'El mago de Oz'. fue un gran éxito comercial que le impulsó a inscribirse en el sindicato de actores.
Los problemas con las drogas de Carrie Fisher, coprotagonista junto con Chevvy Chase, alargó el rodaje varios meses, lo que para un intérprete debutante fue una suerte inesperada y una forma de aprender su nuevo oficio. También hizo de Friedkin un verdadero profesional, que no estaba dispuesto a malgastar presupuesto por no saberse sus líneas de diálogo. Su peor enemigo era su enfermedad, que le obligó a operarse de la espalda hasta en 17 ocasiones, lo que interrumpía a la fuerza sus posibilidades para actuar. Después de su siguiente paso por el quirófano fue peor, ya que desde entonces necesitó una silla de ruedas.
Primer gran papel
En el cine, 'Los locos del bisturí' fue su primer gran papel, aunque la mayoría recuerdan sobre todo la paliza que le da a Harrison Ford una banda de moteros en 'Blade runner'. Otros de sus trabajos en los que su nombre no destacaba en los títulos de crédito era el de suplente de niños en los rodajes, donde los sustituía para hacer los tediosos ajustes técnicos. Podría parecer una labor menor, pero Friedkin podía ganar 2000 dólares a la semana si el pequeño actor al que debía reemplazar tenía un buen papel. Por el contrario, nunca estuvo dispuesto a hacer trabajos degradantes, por desgracia habituales en intérpretes con enanismo.