Mientras el gobierno de Hungría hace llamamientos a que no cunda el pánico, las estaciones de servicio del sur de Eslovaquia las regiones fronterizas llevan toda una semana soportando colas de coches con matrícula húngara, que cruzan la frontera para repostar debido a la escasez de combustible causada por el tope de precios implementado por el gobierno. Según información de medios locales, la situación del suministro de combustible de Hungría es «crítica» porque la inflación del 22,2% ha disparado las compras para acumular combustible y las denominadas «compras de pánico», por miedo a la escasez, que son las que llevan a su vez al desabastecimiento en las estaciones de servicio. El Gobierno húngaro decidió limitar el precio de la gasolina y el diésel a 480 florines (1,17 euros) hace un año, como parte de las medidas de Viktor Orban para proteger a los hogares contra el aumento de los precios de la energía. El pasado martes, el gobierno de Orban eliminó el límite de precios, citando como razón la prohibición de Bruselas sobre las importaciones de energía rusa. Noticia Relacionada estandar No La OPEP mantiene el tijeretazo de dos millones de barriles de petróleo diarios hasta finales de 2023 Carlos Manso Chicote La medida se justifica en la incertidumbre alrededor del nuevo tipo al crudo ruso decidido este viernes por la Unión Europea El gigante energético húngaro MOL advirtió previamente que había «llegado al límite de sus capacidades logísticas» para importar combustible, mientras que proveedores extranjeros como Shell u OMV siguen exportando cantidades considerablemente más reducidas a Hungría desde que entró en vigor el tope de precios y que no aumentan automáticamente tras su eliminación por la alta demanda internacional. Alegan que tienen sus capacidades comprometidas ya con otros clientes. Después de que Orbán limite los precios del combustible, los eslovacos de las regiones fronterizas viajaron a Hungría para repostar, incluso cargando botes de gasolina. Posteriormente, Hungría limitó el acceso a los precios regulados a los propietarios de matrículas húngaras y a los automóviles privados. Ahora Eslovaquia se plantea una contramedida similar a esa.