No es la primera vez que esto sucede en Cuba. Hace un año, también durante la celebración del Halloween -esa tradición extranjera que algunos se empeñan en instaurar en nuestro país-, hubo jóvenes disfrazados con tales atributos que, junto con los del nazismo, son el más abominable símbolo global del supremacismo de la raza blanca, la homofobia, el antisemitismo, racismo, anticomunismo y xenofobia.