Los problemas comenzaron pronto, muy pronto, en la iglesia evangélica, cuando los responsables de la parroquia consideraron ‘irreverente’ aquella versión boogie woogie de “My God is real”, interpretada por un jovencito sobrado de chulería. Hablamos de un músico precoz proveniente de una familia muy pobre, de granjeros sureños, pero suficientemente amorosa como para comprarle un piano en tiempos de estrecheces. Jerry Lee Lewis (Ferriday, Luisiana, 1935) siempre lo tuvo claro: abandonó en cuanto pudo la educación primaria y a los catorce años ya estaba dando conciertos en las fie ...