Lloyd Austin, Secretario de Defensa, asegura que China 'es el único rival que tiene la intención de remodelar el orden internacional y, cada vez más, el poder para hacerlo'.
Washington. La invasión rusa de Ucrania pone de relieve la “amenaza aguda” que representa Moscú, pero China es el desafío más importante para la seguridad de Estados Unidos durante las próximas décadas, afirmó el Pentágono en su nueva estrategia de defensa.
China “representa el desafío más trascendental y sistémico, mientras que Rusia plantea una amenaza aguda, tanto para los intereses nacionales vitales de Estados Unidos en el extranjero como en el territorio estadounidense”, precisó el ministerio de Defensa Lloyd Austin, en este documento que fija la estrategia del ejército para los próximos años.
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China “es el único rival que tiene la intención de remodelar el orden internacional y, cada vez más, el poder para hacerlo”, destacó Austin, al presentar a la prensa la nueva estrategia estadounidense.
“A diferencia de China, Rusia no representa una amenaza sistémica para Estados Unidos a largo plazo. Pero Rusia representa una amenaza inmediata y aguda para nuestros intereses y valores”, agregó.
La nueva estrategia de defensa, publicada por primera vez junto con la nueva posición nuclear de Estados Unidos y el nuevo enfoque sobre misiles, aborda la presión de Pekín sobre Taiwán, en un momento en el que Estados Unidos teme que China adelante sus planes de reunificar la isla.
La retórica “cada vez más provocadora y las actividades coercitivas de China contra Taiwán son desestabilizadoras”, corren el riesgo de provocar un error de cálculo y amenazan la paz en el estrecho de Taiwán, describe el documento cuya versión más larga, clasificada secreto de defensa, se envió al Congreso hace varios meses.
Estados Unidos considera que sus armas nucleares están destinadas a disuadir “todas las formas de ataque estratégico”, incluidos los que involucran armas convencionales, advirtió el Pentágono en la nueva estrategia nuclear estadounidense.
“Esto incluye el empleo nuclear a cualquier escala, e incluye ataques de alto impacto de naturaleza estratégica que utilizan medios no nucleares”, comentó un funcionario de defensa a los periodistas.
El documento especifica, sin embargo, que Washington “solo considerará el uso de armas nucleares en circunstancias extremas para defender los intereses vitales de Estados Unidos, de sus aliados y de sus socios”.
Según el funcionario del Pentágono, la nueva estrategia estadounidense pretende “complicar la toma de decisiones” del adversario, en momentos en que Rusia acusa a Ucrania de prepararse para utilizar una bomba “sucia”.
La nueva estrategia afirma que la invasión rusa de Ucrania se llevó a cabo “bajo amenaza nuclear, con declaraciones irresponsables, ejercicios nucleares en fechas irregulares y mentiras sobre el potencial uso de armas de destrucción masiva”.
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En un momento en el que Estados Unidos prevé que Corea del Norte lleve a cabo una prueba nuclear, el Pentágono advirtió que un ataque atómico por parte de este país significaría “el fin del régimen” del líder Kim Jong Un.
“Cualquier ataque nuclear de Corea del Norte contra Estados Unidos o sus aliados y socios es inaceptable y conduciría al fin de ese régimen. No hay escenario en el que el régimen de Kim pueda emplear armas nucleares y sobrevivir”, aseguró.
China se esfuerza por ampliar, modernizar y diversificar sus fuerzas nucleares, destacó la cartera de Defensa, que especifica que Pekín “probablemente quiera poseer al menos 1.000 ojivas nucleares para finales de la década”.
Pero “Rusia es el principal rival de Estados Unidos con las fuerzas nucleares más diversas”, según el documento. Rusia tiene 1.550 ojivas nucleares desplegadas y 2.000 sin desplegar.
Con respecto a América, Estados Unidos aseguró que “para prevenir que amenazas lejanas se conviertan en un desafío en el país” seguirá cooperando con los países de la región para “promover la seguridad y la estabilidad”.
La nueva estrategia militar estadounidense vuelve a tener en cuenta el cambio climático, fue eliminado de la última versión publicada bajo la presidencia del republicano Donald Trump, y revoca la decisión tomada en el 2018 de desplegar un nuevo misil nuclear de crucero mar-tierra.