En ningún otro país europeo como Alemania, la memoria, tras la última gran catástrofe sufrida a nivel mundial, sería un «deber» inexcusable . O tendría que haber sido. Eso mismo advirtió, provocando un considerable escándalo a comienzos de los años 50, en plena Guerra Fría, el estupendo escritor alemán de la posguerra, Wolfgang Koeppen, en una espléndida trilogía novelesca que lanzaba duras acusaciones contra la Alemania vencida y supuestamente «democratizada». Sin embargo, como también advierte ahora Chris Kraus en su monumental y fascinante fresco 'La fábrica de canallas', ese «deber» ético de afrontar pasados más que oscuros no siempre se cumpliría. Los nietos de aquellos criminales que llevaron a la destrucción a todo un continente, y solo hay que acordarse del terrorífico libro que escribiría Katrin Himmler, sobrina-nieta del brazo derecho de Hitler, creador de las SS y artífice del exterminio judío, muchas veces se verían obligados a hurgar en las insoportables verdades silenciadas por sus familias. NOVELA 'La fábrica de canallas' Autor Chris Kraus Editorial Salamandra Año 2022 Páginas 958 Precio 25 euros 5 Para romper aquel muro de silencio impenetrable, el director de cine y escritor Chris Kraus (Gotinga, 1963) decidiría escribir su turbulenta, magnífica, a ratos tan increíble y estremecedora como muy verosímil novela de cerca de 1.000 páginas, 'La fábrica de canallas'. Una trama adictiva, a cada página sorprendente, sobrecogedora, de renovadas violencias en el campo del disfraz y la mentira política y personal como forma de vida, que alterna personajes de ficción con personajes históricos, totalmente reales. Una historia familiar que recorre todo un siglo, desde comienzos del XX en Letonia y más tarde la Segunda Guerra Mundial, hasta llegar a los años setenta, en la Alemania democrática. Reconoció a su 'afable' abuelo como integrante de los escuadrones de la muerte nazis En el año 2000, leyendo un libro sobre un general ruso de las SS, Kraus reconoció el nombre de su propio y «afable» abuelo como uno de los integrantes de los temibles escuadrones de la muerte nazis, los llamados 'Einsatzgruppen'. El 'shock' evidentemente fue inmediato y traumático : el mismo que puede recibir un lector de nuestros días con su extraordinaria historia basadas en hechos reales. Una bala en la cabeza Tal y como se cuenta en el arranque de 'La fábrica de canallas', el destino reúne en 1974, en la misma habitación de un hospital alemán, a una pareja disparatada: un 'hippy' convaleciente y un nazi con una bala alojada en su cabeza. Un nazi jamás arrepentido, que simplemente se dejó llevar «por los tiempos» («un tipo que ha matado a judíos y rusos, que le ha volado el brazo a su propio hermano y que traiciona a todo el que se cruza por su camino» ) alguien deseoso sin embargo, por un ambiguo sentimiento sino de echar luces sobre «todo ese discurso de moda en la época de la culpa colectiva», sí de dar un repaso a su borrascoso pasado. Sobre todo, a sus enloquecidas reencarnaciones. Unas continuadas e imperturbables reencarnaciones, que atraviesan todo un siglo de asesinos en masa , sin piedad ni conciencia, que reinan e implantan su ley de Berlín a Moscú. Un nazi jamás arrepentido, que simplemente se dejó llevar «por los tiempos» Un siglo de violencia inaudita, bien explosiva y a la luz del día, bien soterrada, que muy bien podía «fabricar» en una sola persona, como un 'Zelig' mutante a lo Woody Allen , a un ex nazi entrenado para el disfraz, y el engaño más refinado y rocambolesco, yendo de la Riga germanizada al Tel-Aviv de la posguerra o al Múnich del 'Septiembre Negro'. Un espía doble y triple si es necesario, que se narra a sí mismo de forma desafiante («el BND, los servicios secretos alemanes de la posguerra, estaba orgulloso de mí, la CIA sacaba tajada de mis averiguaciones, el KGB me dejó en paz y el Mosad se encariñó conmigo»). Maestro cínico «¿Cuándo empieza la transformación? ¿Cuándo te convertirás en una persona maravillosa?», le pregunta cándidamente el horrorizado 'hippy' Basti a este maestro cínico de la mentira, Koja Solm, descendiente de orgullosos alemanes del Báltico, que el azar ha colocado demencialmente a su lado. «¡Eso no va a pasar! No soy una persona maravillosa. Uno no elige cuándo nace , ni dónde ni en qué circunstancias, uno hace lo que puede en la época que le toca!». Consumado experto y prestidigitador diabólico en el arte de la supervivencia, sea como sea el medio de lograrlo, Koja llegó al punto de engañar a su hermano Hub con su propia esposa Ev, la hermana adoptiva de los dos, amada por ambos. Más tarde, la íntegra Ev que pide ir a trabajar a Auschwitz como médico , enloquecida por tragedias familiares presenciadas en directo y por el exterminio industrial que le será dado a conocer, descubrirá que es judía. Una judía criada en el hogar de feroces nacionalsocialistas, defensores acérrimos del pangermanismo. Unos alemanes que, como muchos de su época, y sobre todo como su marido, el convencido nazi Hub, ambicioso miembro de las SS, que nunca deja de fracasar, creen a pies juntillas en el mito de «la superioridad germánica». Gracias a teóricos como Himmler ( uno de los personajes históricos de la novela , junto a Shimon Peres o el tenebroso 'doctor Gehlen', ex general nazi colaborador de EE.UU. y creador de una red de espías en la Alemania Democrática) encaran por fin ese conflicto inevitable, latente, según ellos, entre «humanos y subhumanos».