El pasado 27 de septiembre, el president de la Generalitat anunció durante su discurso en el Debate de Política General, el más importante, junto con el de Presupuestos, de los que se celebran anualmente en las Cortes Valencianas, una reforma fiscal para contribuir a aliviar la creciente carga que los ciudadanos soportan como consecuencia del efecto encadenado de la pandemia y el estallido de la guerra de Ucrania, la crisis energética y la inflación. El plan, en su medida estrella, consistía en una rebaja de la tarifa autonómica del IRPF para las rentas anuales de hasta 60.000 euros, mientras que las que superaran ese tope no se beneficiarían de ninguna reducción pero tampoco experimentarían ningún alza.