El diseñador Sergio Fasani fundó Mutan para elaborar objetos a partir de materiales reciclados
En 2012 Sergio Brochi Fasani pensó un proyecto de cómo trabajar el triturado plástico posconsumo como tesis para la carrera de Diseño Industrial. A raíz de esta idea instaló un taller en el fondo de la casa de su madre en Villa Martelli y empezó a desarrollar máquinas que le permitieran crear objetos de diseño a partir de material reciclado.
Trabajó durante tres años antes de tener lista su primera línea de productos. Finalmente, en 2016 presentó junto con la Fundación Garrahan una lámpara elaborada con las tapas plásticas que el hospital recolecta desde hace años.
Ese fue el origen de Mutan, su emprendimiento de diseño con impacto ambiental. Seis años después, la compañía produce objetos para el hogar, industriales y de consumo. El nombre fue producto de pensar cómo esas tapas plásticas mutaban para convertirse en otros objetos, pero con un elemento librado al azar, tal como lo hacen los seres vivos.
"Tuvimos que desarrollar todo nosotros porque las fábricas a las que íbamos a proponer la idea no querían poner plástico reciclado dentro de sus máquinas. La idea era producir objetos que mostraran el origen de la materia prima. Por eso la textura y los colores no son uniformes", cuenta Fasani.
La primera máquina que desarrollaron la hicieron a partir de una hormigonera. Era un horno que permitía trabajar el triturado de plástico en un solo paso.
Después de las lámparas, decidieron incursionar en el mundo del mobiliario. Mesas, bancos, macetas, cestos y composteras empezaron a salir del taller de Villa Martelli, ya convertido en fábrica.
"En 2020 decidimos que haríamos anteojos. Hicimos una preventa en julio de ese año, que nos permitió financiar el desarrollo. En julio del año pasado, finalmente los lanzamos al mercado y fueron un éxito", señala Fasani, que cuenta que ya venden 500 pares al mes.
El éxito de los anteojos, incluso, traspasó las fronteras de la Argentina. Tras el lanzamiento, Mutan empezó a recibir llamados de países como Uruguay y Paraguay para distribuir los productos allí.
Ahora, Mutan comenzó a pensar en lanzar una línea de materiales para que otros las utilicen dentro de sus propios diseños. De esta manera, asegura Brochi, el impacto es mucho mayor.
"Para hacer un par de anteojos usamos diez tapas plásticas. En cambio, para una placa como las que vamos a empezar a hacer ahora utilizamos entre 7000 y 10.000", agrega.
Este año, la empresa se presentó en el Programa FedEx para Pequeñas y Medianas Empresas y, con el que obtuvo un premio de $ 2 millones. Además, competirá en la experiencia FedEx Shark junto a otros emprendimientos de la región, por un premio de u$s 35.000.
El próximo paso, dice Fasani, será mejorar la tecnología con el capital conseguido. Además, con el apoyo de FedEx, InvestBA y el e-commerce Institute, empezarán a vender sus productos fuera de la Argentina.