De la inflación no se libra ni 'el boss'. El pasado miércoles, los fans de Bruce Springsteen se llevaron las manos a la cabeza al entrar en internet para comprar las primeras entradas de la gira de estadios que hará el año que viene, y encontrarse con precios que rondaban los cinco mil dólares para localidades estándar. Y no en un portal de reventa, donde el vendedor puede poner el precio que le venga en gana, sino en la plataforma de venta primaria dominante en el mercado, Ticketmaster . ¿Cómo es posible que ver a Springsteen este semejante fortuna? Como dijo aquel, es el mercado, amigo. Porque la explicación reside en el sistema de 'precios dinámicos', un indisimulado eufemismo para llevar el principio de oferta y demanda al absurdo . El sistema es absolutamente kafkiano para el usuario: permite que los precios de las entradas suban en función del tráfico web de la demanda, hasta el nivel que se cree que los revendedores obtendrían por ellas. De manera que juegan con la ansiedad del fan, que teme que cuanto más tiempo pase, más caras le van a salir. Por eso, el mismo canal que somete a los seguidores del 'boss' a esta situación, internet, ahora es el altavoz de las quejas de miles de ellos, incluyendo a los redactores de la revista del club de fans del artista, Backstreets, que ha publicado en Twitter una captura de pantalla del precio de un asiento para la noche de apertura de la gira en Florida con el mensaje: «Tampa pista media por 4.400 dólares, ¿en serio?». MÁS INFORMACIÓN La música en directo en 2022: burbuja de conciertos, entradas más caras y pocas bandas emergentes Otro fan dejó un comentario que debería tocar la fibra del 'working class hero' de Nueva Jersey: «Veamos… puedo pagar dos meses de hipoteca o comprarme una entrada» . Pero ni Bruce Springsteen ni Ticketmaster han hecho comentario alguno sobre estas quejas. Sólo se ha pronunciado el guitarrista de la E. Street Band, Stevie Van Zant, que ha tuiteado:«No tengo nada que ver con el precio de las entradas. Nothing. Nada. Niente».
