Noah Lyles defendió este jueves su título mundial de los 200 metros con un espectacular tiempo de 19.31 segundos, coronando un triplete de medallistas estadounidenses junto a Kenneth Bednarek (plata) y el joven Erriyon Knighton (bronce), de 18 años.
En Eugene-2022, el primer Mundial que organiza en la historia, Estados Unidos ha copado los podios de las dos principales pruebas de velocidad masculinas tras el triplete en los 100 metros del sábado liderado por Fred Kerley.
Este jueves, Lyles revalidó el oro logrado en el pasado Mundial de Doha-2019 al imponerse con un tiempo de 19.31 segundos, el cuarto mejor de la historia a solo 12 centésimas del récord mundial del legendario Usain Bolt (19.19).
"Hoy es mi día y por fin he podido hacer lo que he soñado durante años", clamó Lyles tras su victoria. "Sentí que hice la mejor salida que podía pedir. Entonces la carrera estaba básicamente lista para mí".
Incapaces de seguir la explosiva arrancada de Lyles, Bednarek se aseguró la plata con 19.77 y Knighton el bronce con 19.80 ante unos 10.000 aficionados en el Hayward Field de Eugene (Oregón).
Nuevo joven fenómeno del atletismo estadounidense, Knighton logra así su primera gran medalla internacional después de ser cuarto el año pasado en los Juegos Olímpicos de Tokio.
El adolescente, sin embargo, aspiraba al oro en una temporada en la que superó las marcas de Usain Bolt a su edad.
"Se siente bien. Ser tan joven y estar en el podio. Queda mucho más por venir", dijo Knighton, que explicó su distancia respecto a Lyles por su pobre salida.
"Desde los tacos, me hice un pequeño lío y eso me desvió la carrera, pero conseguí una medalla. No me puedo quejar. Solo tengo 18 años", afirmó. "Lyles me ha dicho que seré uno de los más grandes del deporte. Se siente bien viniendo de él.
Otro prometedor velocista en liza fue el dominicano Alexander Ogando, de 22 años, que concluyó en quinto lugar con 19.93.
"Estoy muy contento de haber llegado a la final y de poder volver a correr rápido. Tengo que seguir empujando", declaró Ogando, quien logró un oro en la jornada inaugural con el relevo dominicano mixto de los 4x400.
"Me emociona poder correr con los grandes. Hay que aprender a ganar y también a perder. Nunca hay que rendirse. Creo que puedo conseguir más", subrayó el joven velocista, entrenado por el ex vallista Félix Sanchez, dos veces campeón olímpico.
Tras su triunfo, Noah Lyles se desahogó en la pista con un rúgido de júbilo y desgarrándose la camiseta frente a los entregados aficionados estadounidenses.
El explosivo Lyles, apasionado del manga y que celebra sus victoria con gestos de "Dragon Ball", necesitaba reivindicarse como gran dominador de la disciplina después de su decepcionante bronce en Tokio-2020 y, sobre todo, frente al vertiginoso ascenso de Knighton.
Lyles ha venido desafiando al adolescente y en junio le señaló con el dedo al batirle por dos centésimas en las pruebas de clasificación de Estados Unidos, en el mismo Hayward Field.
La exhibición del atleta de Gainesville (Florida) lo convirtió, a sus 25 años, en el velocista estadounidense más rápido de la historia, superando el anterior récord de Michael Johnson (19.32).
"Tenía la forma para un récord mundial, pero estoy satisfecho con el récord estadounidense", afirmó Lyles.
Su triunfo nunca estuvo en duda desde que salió suavemente de los tacos y alcanzó la máxima velocidad en 50 metros para abrir una cómoda ventaja al salir de la curva.
Aunque Bednarek y Knighton trataron de seguir su estela, Lyles encontró todavía una marcha extra y no pasó apuros en la recta final.
El canadiense Andre de Grasse, oro en Tokio-2020, no compitió en los 200 metros en Eugene y Fred Kerley, que buscaba una medalla en una tercera categoría diferente en su carrera, fue eliminado en semifinales al sufrir calambres.
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