Todo cambió en cinco minutos. El domingo de sol y agradables temperaturas en la Marmolada, el glaciar más grande de los Dolomitas (en los Alpes italianos), se transformó en un día sombrío. Un frente de hielo y rocas de 30 metros de altura cayó a 300 km/h, barrió la montaña y ha dejado nueve muertos y tres desaparecidos . La mirada se ha vuelto pronto hacia los 10,3 grados que llegó a alcanzar la cima el día anterior. En un planeta a 1,2 ºC de calentamiento global, y subiendo, los glaciares se están volviendo más inestables. Y los aludes, advierten los expertos, probablemente se volverán más frecuentes y serán, además, por sorpresa. La transformación de los glaciares de montaña en las últimas décadas se está acelerando. El calentamiento global ha impulsado una reducción media de 30 metros en el espesor del hielo desde 1957, que se ha acelerado desde los años 70. Solo en Europa, la pérdida media anual de hielo cubriría las necesidades de agua dulce de la ciudad de Nueva York durante unos 23 años, según el programa europeo Copernicus. «Los glaciares son una muestra inequívoca de los cambios» impulsados por el calentamiento global, dice Jesús Revuelto, investigador postdoctoral del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) y quien ha estudiado bien el proceso en los Pirineos. «En la montaña son más acusados. Los glaciares son una alarma que indica que se están viendo cambios de manera muy clara». En la Marmolada, el día anterior a la tragedia la temperatura en la cima llegó a los 10,3ºC, valor récord. Pero no había sido la única jornada con valores inusualmente altos. Desde mayo, Italia ha estado bajo sucesivas olas de calor que han ido elevando los termómetros y acelerando el deshielo. Solo en mayo, los Dolomitas han estado de media 2,3 grados por encima de lo normal. Cambios bruscos «Avalanchas de estas ha habido muchas, es un fenómeno natural», apunta Francisco Navarro, glaciólogo de la Universidad Politécnica de Madrid. El problema son los picos de temperatura anómalos , como los provocados por las olas de calor que favorece el cambio climático. «Cuanta más temperatura, más fácil que se produzcan desprendimientos». Con el calor, el deshielo se acelera, el agua se filtra por las grietas y llega al lecho glaciar, facilitando que los serac –'cubos' fracturados de hielo–, se desprendan del lecho y caigan produciendo una avalancha. Por eso, apunta Navarro, «en una situación de sobrecalentamiento, se producen más a menudo y más por sorpresa , porque el cambio es mas rápido», explica. Según Revuelto, a ello «se ha unido a que este año se ha retirado antes la nieve ». Las últimas nevadas no fueron a finales de abril, sino finales de marzo y han dejado más expuesto el glaciar. «La nieve aísla de la temperatura externa al hielo que tiene debajo», dice el experto del IPE. También favorece la adherencia de los escaladores. «Se ven más accidentes de gente que se resbala en el hielo», comenta. Peligrosidad Aunque en opinión de Navarro el declive de la nieve no ha sido un factor excesivamente relevante, lo cierto es que cada vez más expertos están avisando del aumento de la peligrosidad de los glaciares. «En muchas zonas de alta montaña, se prevé que el retroceso de los glaciares y el deshielo del permafrost reducirán aún más la estabilidad de las laderas (...). También se producirán inundaciones por desbordamiento de lagos glaciares o por la lluvia caída sobre la nieve, deslizamientos de tierra y avalanchas de nieve en nuevos lugares o en estaciones diferentes », decía en 2019 el IPCC, el Panel de Expertos en Cambio Climático de la ONU, en un informe especial sobre la criosfera. MÁS INFORMACIÓN noticia No Año 2100: la España bajo las aguas que podrían ver nuestros hijos Dos años después, el colapso de un cráter glaciar en pleno invierno en el Himalaya envió una riada catastrófica que mató a más de un centenar de personas en la India. «A menos que podamos limitar el calentamiento global, apoyar el monitoreo, la alerta temprana y las medidas de adaptación, los desastres como el de Uttarakhand se volverán más comunes», valoró entonces Matthias Jurek, experto del programa de Medio Ambiente de la ONU. Del cambio no se salva ni el Everest. Nepal trasladará su campamento base en la montaña más alta del mundo porque el glaciar sobre el que se asienta se ha vuelto inseguro, adelantó la BBC. Tanto la inmensa afluencia de alpinistas como las altas temperaturas, que se reflejan en grietas cada vez mayores, están detrás de la decisión.