Con la inflación en cifras de récord golpeando el bolsillo de los españoles, el Ministerio de Consumo que dirige el comunista Alberto Garzón se ha embarcado en otra campaña de propaganda que, solo en publicistas, costará unos 300.000 euros. A esa cifra habrá que añadir, después, el precio de contratar las inserciones de la publicidad en los distintos canales de difusión. Esta campaña la impulsa el Ministerio a través de su Secretaría General de Consumo y Juego. La licitación acaba de lanzars e , prácticamente coincidiendo con la publicación del último dato del IPC , que confirma una inflación disparada por encima del 10% anual. Con ese crítico telón de fondo, el Ministerio que lidera Garzón apuesta ahora por concienciar a la población en la adopción de «pautas de consumo social y ecológicamente más sostenibles». Eso pese a que apostar por comprar productos sostenibles suele conllevar un sobrecoste para el bolsillo de los consumidores. Así lo constató un informe de la OCU en 2019, antes de la crisis del Covid y mucho antes de la actual escalada inflacionista. Según aquel estudio, seis de cada diez consumidores indicaban que la falta de alternativas asequibles les impedía o desanimaba a comprar productos más sostenibles, con menor impacto social o medioambienta l. Medidas poco efectivas Un informe de la OCU advirtió en 2019, sin la actual escalada del IPC, que los productos más sostenibles son más caros Por eso, la OCU lleva tiempo insistiendo en que se pongan en marcha medidas efectivas con las que abaratar los productos que aportan un plus de sostenibilidad. Y una de las soluciones, indican, pasa por apoyarlos con rebajas de impuestos. «Nosotros no estamos por penalizar los productos menos sostenibles, porque eso lo que conduce es a castigar a los consumidores en su conjunto, sino por gravar menos fiscalmente a los productos más sostenibles », explican a ABC desde la OCU. Eso —dicen— ayudaría a reducir el sobrecoste que ahora coloca esos productos, en la práctica, en una posición de desventaja ante el consumidor. Más aún en momentos de crisis económica o de escalada de precios como la que se registra en la actualidad. De momento, sin embargo, el Ministerio de Consumo apuesta por la publicidad. El contrato que acaba de licitar prevé dedicar 300.000 euros a contratar a profesionales encargados de «la creatividad, diseño, realización y producción de las diferentes piezas y elementos creativos que se utilizarán en una campaña de sensibilización sobre el consumo sostenible ». Noticia Relacionada noticia No El Gobierno destinará 983 millones para intentar que 713.000 niños salgan de la pobreza en ocho años El plazo de presentación de ofertas finalizará el 29 de agosto. En septiembre arrancará el trámite de análisis que conducirá a la selección del adjudicatario de este contrato de diseño publicitario. Una vez adjudicado, las creatividades deberán estar listas en un plazo máximo de 60 días. Y, en ese momento, podrán activarse los contratos de difusión publicitaria en medios de comunicación y redes sociales . Según consta en los pliegos de esta licitación, «es necesario empoderar a las personas consumidoras en sus relaciones de consumo (sic), mejorando el conocimiento que tienen sobre la incidencia social y medioambiental de sus decisiones, así como eliminando las situaciones de subordinación, indefensión o desprotección que se puedan generar en estas relaciones». «Nuestro país y planeta» Ese es uno de los argumentos con el que defiende el lanzamiento de esta nueva campaña publicitaria, cuyo objetivo —se dice en los mismos pliegos— «es concienciar sobre el impacto que las decisiones de consumo individuales tienen sobre la sostenibilidad de los recursos de nuestro país y del planeta en su conjunto». Asimismo, indica que «la promoción de pautas de consumo social y ecológicamente más sostenibles tiene una enorme relevancia para la consecución de un modelo económico y productivo alineado con los principios de la Agenda 2030». Y para ello, afirma, es preciso reducir las prácticas del «usar-consumir-tirar» .