BAYAMO, Granma.— Las personas siguen saludándose en la calle de manera distinta. «Buenos días, Granma, campeón», dicen, y el rostro se les ilumina.
En las esquinas se forman peñas espontáneas, algunos gastan bromas sobre patadas y establos, los muchachos inundan calles jugando a ser Leandro Martínez o Guillermo Avilés, en el área conocida como El Bosque (contigua al estadio Mártires de Barbados) continúan amplificando música, que incluye temas relativos a los Alazanes.
Los campeones son agasajados en sus municipios y en las casas de muchos no paran las visitas, las preguntas, anécdotas y chistes.
No se sabe cuánto tiempo durará esta fiebre de béisbol en la provincia que el miércoles alcanzó su cuarto título nacional. Lo cierto es que Granma se ha convertido en referente del trabajo con la pelota y sus experiencias pudieran servir a otras provincias del país.
«Aquí hay una labor muy buena de los técnicos de diferentes categorías, de manera escalonada y esa es una de las claves del éxito», nos decía ayer en su casa el director Carlos Martí Santos.
Y apuntaba que no teme al futuro del equipo si mañana se alejara de los diamantes «porque hay talento, deseos y varios muchachos con perspectivas, que solo necesitan juego».
El problema más preocupante era el área de la receptoría, que por ahora parece resuelto con el holguinero Iván Prieto. «Yo quiero quedarme en Granma, ya presenté mi solicitud a Holguín. Aquí me he desarrollado como atleta, he ganado dos campeonatos que me han motivado al máximo y he conseguido llegar al equipo nacional. Mi esposa es de esta provincia y pronto vamos a tener una niña. Me siento feliz», exponía tras ser premiado Iván Prieto, un hombre que jugó 90 de los 91 partidos desarrollados por los Alazanes en toda la contienda.
Si algo llamó la atención en los juegos de postemporada fue la excelencia en el pitcheo granmense, un área cuyo rostro visible es el estelar Ciro Silvino Licea, pero que cuenta con entrenadores como Miguel Águila (encargado de la reserva) y Luis Ernesto González, quienes laboran más «a la sombra» (aunque aguantando mucho sol) e influyeron mucho en el resultado final de los Caballos.
Luis Ernesto está preparando su doctorado basado en experiencias positivas con los lanzadores de Granma. Él nos refirió al concluir el campeonato que «los protagonistas son los muchachos, porque supieron acatar nuestras orientaciones, entrenar fuerte y entender que el pitcheo requiere mucho pensamiento», pero todos saben reconocer cuán importante ha sido él en este triunfo.
Y hablando de éxitos, los granmenses han empezado a decir ahora que «vamos por la quinta», en alusión a la 62do. Serie Nacional, pero faltan meses todavía y tampoco resulta algo tan fácil. Lo más importante, en cualquier caso, es que, como decía el comisionado de béisbol Juan Reynaldo Pérez, sigan apoyando a su equipo, disfrutando la victoria y ayudando a que el béisbol cobre más vida en Cuba.
