«Sigo siendo optimista, el Gobierno no corre riesgo porque los intereses nacionales y de los italianos son lo más importante. Cuando nació el Gobierno dije que no se podía hacer sin el Movimiento 5 Estrellas y lo sigo pensando». Con estas palabras en una rueda de prensa, el primer ministro, Mario Draghi, ha querido poner fin a las especulaciones sobre el riesgo que corría el Ejecutivo tras la tensión suscitada con el Movimiento 5 Estrellas, lo que motivó que se viviera una convulsa jornada política.
Draghi anticipó su regreso a Italia en la noche del miércoles, tras la cena en el Museo del Prado, sin asistir a la última jornada de la Cumbre de la OTAN. Oficialmente, la decisión de Mario Draghi estuvo ligada al importante Consejo de ministros de este jueves, que adoptó medidas para contener la factura de la energía eléctrica y del gas. Tras la reunión del Ejecutivo, Draghi explicó algunas de las decisiones adoptadas: «Se han aprobado medidas urgentes para apoyar el poder adquisitivo de las familias; reducimos el IVA y reforzamos el bono social; intervenimos para aumentar el almacenamiento de gas natural y ayudas a las familias en sus facturas. Sin estas medidas, se hubiera producido un desastre, con aumentos de hasta un 45%».
Draghi descartó el riesgo de crisis de Gobierno, pero no se elimina el clima de cierta tensión que se respira en el Ejecutivo desde hace meses, por la grave crisis y divisiones del M5E. La chispa que originó una convulsa jornada política fue la entrevista del sociólogo Domenico De Masi, consultor del Movimiento 5 Estrellas, publicada el miércoles, en la que afirmaba que Draghi había pedido a Beppe Grillo, fundador del M5E, que destituyera al exprimer ministro, Giuseppe Conte, como líder del M5E. Conte se mostró irritado y atacó a Draghi: «Me parece grave que un primer ministro técnico se entrometa en la vida de las fuerzas políticas que, además, apoyan al Gobierno. Estoy desconcertado por la solicitud de destituirme». Conte acudió después al Palacio del Quirinal donde mantuvo una conversación de una hora con el presidente de la República, Sergio Mattarella.
Por el momento, Giuseppe Conte ha confirmado su apoyo al Gobierno. También Draghi, que en la noche del miércoles desmintió que hubiera pedido la destitución de Conte, mantuvo un encuentro en el Quirinal con el presidente Mattarella en la mañana del jueves.
El inicio de los problemas
En el origen de la tensión que se vive en el Gobierno con el Movimiento 5 Estrellas está la implosión que vive el partido fundado por el cómico Beppe Grillo. El pasado 21 de junio, Luigi Di Maio, enfrentado abiertamente con Giuseppe Conte, abandonó el partido y lo siguieron al menos 60 parlamentarios, que forman grupo en la Cámara de diputados y en el Senado con el nombre de ‘Juntos por el futuro’. El Movimiento 5 Estrellas, que se convirtió en el primer partido del país en las elecciones de marzo de 2018, con casi el 33% de los votos, hoy tras la escisión no llega al 10% en intención , mientras un partido de Di Maio no alcanza el 5%.
Aparte del frente abierto en el Gobierno por el Movimiento 5 Estrellas, otra fuente de tensión es la Liga. Su líder, Matteo Salvini, se ha mostrado irritado con sus socios de Gobierno, el Partido Democrático y el M5E, porque han presentado en el Parlamento dos proyectos de ley: uno para liberalizar el cannabis y otro para introducir el ‘ius scholae’, es decir, sobre la concesión de la ciudadanía, para menores extranjeros residentes, después de un ciclo de estudios de cinco años en Italia. De aprobarse, obtendría la nacionalidad italiana 900.000 jóvenes, el 65% de ellos son nacidos en Italia.
Matteo Salvini considera que, teniendo en cuenta la situación económica y la guerra de Ucrania, este no es el momento para presentar esos dos proyectos de ley. Por ello, Salvini habla de «un grave ataque al Gobierno, que crea una división dramática entre las fuerzas que apoyan a Draghi».
La tensión abierta por Conte y Salvini en el Gobierno no es nueva, pero se ha acentuado sobre todo después de sus malos resultados en la segunda vuelta de las elecciones municipales del pasado domingo. Ambos están perdiendo consenso. Desde posiciones distintas, Conte y Salvini se ven unidos en su «guerrilla» contra Draghi, para tener un papel político más destacado y hacerse notar ante la opinión pública con vistas a las elecciones generales previstas para la primavera próxima.
«No hay crisis»
Cuando en la rueda de prensa se le preguntó a Mario Draghi por las tensiones que crean la Liga y el M5E, la respuesta del primer ministro fue categórica: «No entiendo por qué quieren meterme en este lío, yo no entro en la dinámica del Movimiento 5 Estrellas». Y ante la insistencia sobre si Conte y Salvini quieren salir del Ejecutivo, Draghi respondió: «No sé, pregunten a ellos, hasta ahora no lo han hecho».
En definitiva, Mario Draghi descarta una crisis: «El último Ejecutivo de la legislatura será conmigo como primer ministro». Pero parece claro que se verá obligado hasta las próximas elecciones legislativas a realizar ímprobos esfuerzos de mediación entre los seis partidos que forman el Gobierno de unidad nacional. Draghi es considerado hoy por hoy, de forma muy mayoritaria, como el mejor primer ministro posible en la actual coyuntura política y socioeconómica.