Rosario Cárdenas ve el cuerpo como un multilátero. Baila. Mueve sus manos al compás del sonido. Cierra los ojos y vibra con la música. Trabaja la fragmentación corporal mediante oposiciones de todas las partes de la silueta humana. Intenta todo el tiempo romper la frontalidad física. Es como una hoja en el viento que solo se deja llevar.