Todo tiene un l?mite: robarse o desaparecer un contenedor de un puerto industrial podr?a ser una haza?a de ilusionismo digna de David Copperfield.
Pero robarse de verdad 20 contenedores en una sola noche, sin disparar un tiro ni dejar una huella, es algo que s?lo puede proveer el crimen organizado en las naves de almacenamiento contiguas a un puerto industrial vigilado por la Marina de M?xico.
Esto es lo que sucedi? en uno de los patios de resguardo del puerto de Manzanillo el domingo 5 de junio de 2022: la mancuerna crimen/vigilancia funcion? admirablemente y se robaron 20 contenedores.
Parece mucho, pero hechas bien las cuentas, la Marina y el gobierno podr?an alegar que lo que pas? es que se han reducido los ?ndices de robo de contenedores desde que la Marina se hizo cargo de la vigilancia de los puertos del pa?s.
La nueva especialidad criminal mexicana de robarse contenedores a granel tiene una reciente pero sustantiva historia, s?lo superable por los guionistas delirantes de Netflix en La casa de papel. Algunas cifras:
Manzanillo es el puerto mexicano l?der en contenedores. En el a?o 2021 llegaron o salieron de ese puerto por v?a mar?tima, terrestre o ferroviaria m?s de 3 millones de contenedores.
Hago notar, en descargo de quien pueda aprovecharlo, que el domingo 5 de junio s?lo se robaron 20 contenedores. Pero que entre el a?o 2016 y 2018, es decir, en la era neoliberal, se presentaron 58 denuncias por el robo de 103 contenedores, de los cuales fueron recuperados 34. Esta informaci?n, proveniente de Diarios de Colima, puede consultarse aqu?.
La Marina podr?a alegar entonces, con el gobierno, que desde que las cosas quedaron bajo su custodia la desaparici?n y robo de contenedores ha disminuido considerablemente.
Lo que sigue estable es el valor promedio de las p?rdidas por cada contenedor robado o desaparecido: 600 millones de pesos.
Y la especialidad mexicana sostenida, tanto en la ?poca neoliberal como en la ?poca de la llamada Cuarta Transformaci?n, es que nadie sabe un carajo sobre lo que pas? y est? el pa?s como frente a una funci?n ininterrumpida de David Copperfield, llevada a la escala gigantesca del surrealismo criminal nativo.
hector.aguilarcamin@milenio.com