Cuánto no desearía dedicar, exclusivamente, cada palabra de lo que escribo y hablo a combatir las tropelías del régimen que usurpa los poderes públicos en mi país. Eso sería lo que nos correspondería a todos los venezolanos que encaramos semejante tiranía. Denunciar sus crímenes, salirle al paso a esas narrativas plagadas de mentiras con las que pretenden esconder su fracaso y, sobre todo, la destrucción de una nación en todos los órdenes económicos, sociales, morales e institucionales. Pero la realidad nos obliga a decir la verdad de todo cuanto ocurre, especialmente a precisar por qué se mantiene un régimen en medio de un rechazo atronador que se manifiesta en ese más de 80 % de ciudadanos que repudian a Nicolás Maduro y a sus compinches.
Si continuamos callando, acatando el llamado a preservar la unidad, se continuarán cometiendo los mismos errores y por lo tanto seguiremos siendo estremecidos por esos insólitos resultados que se reciclan en cada ciclo en que hemos estado a las puertas de provocar un verdadero cambio en la conducción de los destinos de Venezuela. Por eso cuando me emplazan a decir qué es lo que debemos hacer, simplemente respondo: algo muy diferente a lo que se ha venido haciendo hasta ahora. No se debe secuestrar la conducción de la resistencia, ese sectarismo ha sido fatal. Basta de que un grupito se apodere de los comandos para sacar provechos personales. ¿Por qué se usan recursos financieros de todos los venezolanos para apuntalar a unos partidos políticos y no se le rinde cuenta a los venezolanos? ¿Se ha logrado sacar a la dictadura a pesar de haber contado con esos aportes? No me digan que con estas reflexiones “le hacemos daño a la unidad”. ¿Cuál unidad? ¿Esa que se redujo a repartirse cargos en el gobierno interino y después esos mismos beneficiarios de prebendas como embajadores o investiduras equivalentes a ministros le dieron la patada histórica a Guaidó?
Basta de que se juegue con el destino de los venezolanos y con la buena fe de la gente, tal como lo hicieron después del histórico plebiscito protagonizado por millones de ciudadanos el 16 de julio de 2017. Esas contradicciones fueron también inexcusables. Decirle a la gente un día que no “hay condiciones para participar en elecciones” y seguidamente anunciar, fríamente, que “hay que ir a elecciones regionales”, es una prueba de la manera irresponsable como se pretende seguir manipulando a la ciudadanía que lo ha dado todo en pos de su libertad. Por lo tanto, la verdad es que Maduro no ha ganado limpiamente elecciones en Venezuela, se ha aprovechado de esas maromas electoralistas de factores que han terminado “bailando al son” que les tocan desde los pasillos de Miraflores.
¿Cómo se entiende que, en un país, en donde más del 80% de la ciudadanía rechaza a ese régimen, Maduro haya ganado 20 gobernaciones en los comicios del 2017 y, más recientemente, en los celebrados en noviembre de 2021? Algunos me dirán “eso es consecuencia de las divisiones”, yo les replico es que esas divisiones son un elemento subsidiario de la estrategia profunda de la infiltración. Esa corporación criminal ha inoculado las estructuras de esos grupos que han secuestrado la conducción de la resistencia y por eso han aparecido las versiones de alacranes, directivas de partidos judicializadas, fracciones parlamentarias gobierneras y “lideres” emergentes apalancados por financistas con recursos de dudosa procedencia.
Si eso no lo modificamos, desgraciadamente vamos a tener los mismos desastrosos resultados que sorprenden a propios y extraños, más ahora cuando estamos siendo bombardeados por esa campaña que busca instalar la idea fuerza de que “Venezuela se arregló”, cuando bien sabemos que mal se puede estar acomodando un país en donde hay centenares de presos políticos, en donde persiste una crisis de servicios públicos, en donde más del 94% de la población está en condiciones de pobreza, gente que percibe un salario mínimo de 30 dólares y la canasta básica supera el costo de 500 dólares dey de donde han tenido que emigrar más de 7 millones de venezolanos.
@AlcaldeLedezma
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